El director del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario, Raúl D'Amelio. lamentó ayer el caso de violencia de género que investiga la Justicia contra un artista plástico que expone en esa institución pero aclaró que
no decidirá sobre el caso hasta que se expida la Justicia. "Es un tema por demás de delicado, estamos acompañando a nuestra compañera en este momento tan desagradable". Se refería puntualmente a la denuncia penal que realizó una empleada del lugar contra un artista plástico por "presunto acoso verbal y físico y violencia de género", perpetrado el pasado 9 de enero en el lugar.
El caso fue denunciado al día siguiente en el Ministerio Público de la Acusación y cayó en manos de la fiscal Carla Cerliani de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, que está investigando el caso en base al testimonio de la víctima ‑cuya identidad fue reservada‑, testigos y pruebas aportadas por la Secretaría de Cultura del municipio.
"Como institución que es el museo, de algún modo educativa, somos muy enfáticos respecto al repudio de este tipo de hechos", sentenció D'Amelio, al tiempo que aclaró que "es una situación nueva que nunca nos había tocado".
Si bien el responsable del museo prefirió no dar detalles del caso por respeto a la víctima, la ONG "Nosotras Proponemos" publicó en su muro de Facebook el testimonio de la mujer ‑que trabaja en el lugar y cuya identidad fue reservada‑, donde se pone de manifiesto el hecho denunciado penalmente.
"Estamos todos a disposición de la fiscal y estamos acompañando a la compañera en este momento tan desagradable, tanto el Museo, la Secretaría de Cultura del municipio y el Instituto Municipal de la Mujer, que también tomó el caso", abundó D'Amelio.
No obstante, respecto a las obras del artista denunciado, precisó: "Quiero ser muy claro con esto: no vamos a tomar ninguna decisión hasta tanto se expida la Justicia".
Desde el colectivo Nosotras Proponemos, quienes difundieron los sucedido, señalaron que se trata de un artista argentino radicado en Suiza, que se encontraba de visita en el país llamado Armando R. Según el testimonio de la mujer, el hombre ingresó al museo y preguntó por una obra de su autoría que no estaba exhibida "haciendo chistes con doble sentido y autohalagos".
Luego, la empleada relató: "Me dice que yo tenía una mala postura y que seguramente tenía dolores en la espalda y que él podía enseñarme unas técnicas para corregir. Incómoda y tratando de seguir siendo amable, le dijo que no hacía falta. Sigue insistiendo, cada vez más", explicó.
"Insiste otra vez ‑prosiguió la denunciante‑ y me dice que vaya hacia donde estaba él, que no tuviera miedo. Cuando me paro a su lado comienza a tocarme la espalda marcando el lugar donde me dolía, luego haciéndose el boludo mete una mano y me toca una teta y después con la otra mano va hacia la cola", continúa el relato de la víctima.