La banca internacional alerta por el déficit fiscal y la inflación que proyecta para el año próximo, por encima de las estimaciones oficiales, y reclama mayor ajuste. De todos modos, manifiesta cierto optimismo para el año próximo y anticipa inversiones pese al clima externo desfavorable. Un informe del banco Credit Suisse considera que las reformas macroeconómicas aplicadas este año no se traducirán necesariamente en un crecimiento económico sólido en el próximo y pone en duda la posibilidad de una mejora en la situación fiscal el año próximo. Para justificar las medidas que los propios bancos extranjeros imponen, hacen uso del “estamos mal pero vamos bien”, aunque sólo la primera parte sea evidente. El JP Morgan alerta sobre una inflación mensual “core” (o “núcleo”) del 1,7 por ciento, pero promete lluvia de inversiones. Desde la calificadora Moody’s también se presentan benevolentes con lo hecho en el primer año de gestión de Mauricio Macri, aunque remarcan que cualquier cambio en el perfil crediticio del país será determinado por el ritmo de la recuperación económica y por “el éxito de los responsables de formular políticas en bajar la inflación”.

La indulgencia con que analizan algunos bancos el resultado de la política local no es inocente. No sólo responde a que en el gabinete de Macri haya ex directivos y CEOs del sistema financiero, como el caso del propio JP Morgan, de donde proviene entre otros el ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay. El objetivo es acompañar un proceso de nueva financiarización de la economía que los beneficie. No obstante, comienzan a aparecer críticas por la ineficacia en controlar aspectos claves del negocio financiero, tal como la inflación.

“La actividad económica ha permanecido mucho más débil que lo esperado en el segundo semestre del año y cualquier signo de mejora en indicadores clave todavía tienen que consolidarse”, detalló el Credit Suisse. El banco con sede central en Zurich sostuvo que la actividad en el país estará condicionada por la incertidumbre económica global y por el resultado de las elecciones legislativas, que podrían ponerle un freno a los planes de ajuste del macrismo. Ante ese escenario, estiman que la recesión de este año será del 2,2 por ciento y el año próximo podría haber un rebote del 2,9 por ciento.

En cuanto a la inflación, el Credit señala que se terminará este año en un 36,8 por ciento y para el año próximo prevé un 24 por ciento. La cifra coincide con la que ofrecen otros bancos. Según el relevamiento realizado por Focus Economics Consensus Forecast, casi todos los bancos extranjeros estiman que la inflación no será inferior al 20 por ciento el año próximo y se cerrará 2016 arriba del 40 por ciento. El Banco Galicia anticipa finalizar este año en 40,5 por ciento y que en 2017 será del 20, el Barclays Capital estima en 37,8 y 21,3 por ciento esos valores respectivamente, el BBVA Banco Francés    en 40,5 y 20,8; el Deutsche Bank en 40 y 22; el Goldman Sachs en 41,6 y 19,1; el Itaú BBA en 41 y 20; y el JP Morgan, 39,7 y 21,2.

La principal preocupación que expresan estos bancos y calificadoras es el margen de ajuste que tendrá el gobierno y la efectividad para bajar la inflación, aun a costa de un menor consumo y actividad. Es por eso que prevén que las tasas de interés domésticas se mantendrán en niveles altos -con impacto negativo para el crédito productivo- el año próximo. El Credit lo estima durante el todo el próximo ejercicio por encima del 20 por ciento anual. “La combinación de un sustancial financiamiento desde el exterior (endeudamiento) y una política monetaria dura (contractiva) posiblemente profundice la apreciación del peso en términos reales”, dice el banco suizo.

El responsable del JP Morgan Chase en Argentina, Jamie Dimon, aseguró durante la presentación de una nueva oficina en el país que se están tomando decisiones difíciles para reformar la economía a un sendero que consideran propicio. Pese a los halagos de rigor durante un acto de anuncio de inversiones, el banco nacido en Manhattan alerta que los niveles de inflación son aún elevados, tal como se exhibe en sus pronósticos, debido a una inflación núcleo y sin estacionalidad de un 1,7 por ciento mensual. Moody’s también destacó las reformas “transformadoras” que aplicó el gobierno, las cuales, consideró, “deberían propiciar un repunte de la inversión privada e impulsar un mayor crecimiento”. “Sin embargo, el progreso en la consolidación de estas reformas podría desacelerarse el próximo año debido a las crecientes presiones políticas y los riesgos económicos externos”, sostuvo Mauro Leos, oficial de crédito de Moody’s.