La marcha sindical del 22 de febrero próximo promete ser multitudinaria: motivos políticos, sociales y económicos sobran. Ayer, el sindicato de Camioneros que dirige Hugo Moyano, promotor de la medida de acción directa, logró el acompañamiento de un sector de la CGT al aprobar el respaldo a la manifestación que podría realizarse en la Avenida 9 de Julio. La iniciativa de los Moyano consiguió también el acompañamiento de la CTA de Hugo Yasky, organizaciones sociales y hasta del PJ bonaerense. El respaldo cegetista se alcanzó luego de una reunión del Consejo Directivo donde estuvieron ausentes el sector de los Gordos y el de los independientes que apoya a Héctor Daer. Con la marcha, estos grupos buscan enfrentar y repudiar la persecución contra los sindicalistas, reafirmar la defensa de las condiciones laborales, los salarios, los convenios colectivos y rechazar las políticas de ajuste del gobierno de Mauricio Macri que se traducen en despidos, como resultado de una brusca caída de la actividad económica.
El encargado de justificar el respaldo de la CGT fue el triunviro Juan Carlos Schmid, a la sazón miembro de las huestes que respaldan a Moyano. En ese sentido, el titular de Dragado y Balizamiento indicó que en la CGT existe una gran preocupación por la situación socioeconómica del país, que “es muy similar a la de enero de 2016, cuando se sucedían en el país los despidos en el Estado y también en el sector privado, caían el consumo y el poder adquisitivo, no había inversiones ante la ausencia de tracción de la economía y no se acertaba a detener el proceso inflacionario”. En ese marco, explicó Schmid, el Consejo Directivo aprobó la Declaración de Mar del Plata “Quien quiera oír que oiga”, que promovieron Moyano y Luis Barrionuevo hace 15 días. “En especial, rechazó el intento de deslegitimación de la voz y el rol de los gremios en la sociedad que procura el Gobierno y repudió los masivos despidos en el sector estatal”, señaló.
Al encuentro llegó Pablo Moyano, secretario Gremial de la central obrera y que hacía tiempo no participaba de estos cónclaves. Pero el anuncio de la movilización no logró disimular la crisis interna que viven el triunvirato en particular y la CGT en general. La ausencia de Daer y los representantes de los gordos, como Armando Cavalieri (empleados de comercio), y los independientes Gerardo Martínez (Uocra), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Andrés Rodríguez (UPCN), da cuenta de la distancia que existe entre estos grupos y el moyanismo. Pero también hubo otras ausencias, como la de Abel Frutos (panaderos), un hombre de Moyano al que también le adjudican estrechos vínculos con el macrismo, o como la del canillita Omar Plaini.
Schmid intentó minimizar el tema al sostener que los ausentes deberán dar explicaciones en su momento y pronosticó que algunos anunciarán su adhesión a la protesta. En cuanto a Daer, dijo que estaba de vacaciones para luego reconocer que existen diferencias, a las que calificó como “matices”. Sin embargo, esta situación llevó a Schmid, quien encabezó la conferencia de prensa posterior junto a Carlos Acuña y la dirigente de los médicos de Santa Fe (AMRA), Sandra Maiorano, a insistir en que la decisión del Consejo se alcanzó “con quórum”. Una aclaración no habitual, pero a la que se recurrió ya que muchos de los dirigentes titulares de las secretarías del Consejo Directivo no estuvieron presentes y enviaron a representantes, como fue el caso de Juan Pablo Brey, de Aeronavegantes, Roberto Fernández, de colectiveros, y Omar Maturano, titular de La Fraternidad. En rigor, esos cargos no son transferibles a segundas líneas y aunque en general no se cuestionan, lo llamativo es que los faltazos se produjeron en el marco de una coyuntura compleja como la actual.
Schmid buscó desmentir que eso pruebe la fractura interna y, con cara de pocos amigos, condenó “los sesudos análisis periodísticos que, desde hace por lo menos un año, vaticinan la fractura de la CGT, las divisiones y las peleas intestinas diarias”. Una afirmación un tanto curiosa porque, cuando llegó a la reunión, reconoció ante los periodistas la existencia de “profundas diferencias”.
En cuanto a las razones por las que la CGT adhiere a la convocatoria de Moyano, el triunviro recordó que en el quinto punto de la Declaración de Mar del Plata se propuso que la CGT apoye y acompañe “activamente” a las organizaciones que estén en conflicto. Este es el caso de Camioneros que anunció la movilización en defensa del convenio colectivo y las fuentes laborales.
El llamado de Camioneros recibió varios respaldos, entre los que se encuentran el de Sergio Palazzo de la Asociación Bancaria y el de la CTA que conduce Hugo Yasky. De hecho, ayer Pablo Moyano logró el respaldo de esta central obrera, la del líder del Suteba, Roberto Baradel, y el de ATE Capital, Daniel Catalano (ver nota aparte). Ayer, Facundo Moyano anunció también la presencia de las organizaciones sociales como la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y otras. Incluso, el también diputado del Frente Renovador consideró como posible que la multitudinaria marcha se realice en la Avenida 9 de Julio.
El Partido Justicialista bonaerense también anunció su respaldo a la marcha. La decisión del partido que conduce el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, se tomó el pasado viernes en una reunión realizada en la localidad de Costa del Este y ayer lo ratificaron los colaboradores de Menéndez. La decisión está sintonía con el documento que emitieron en esa oportunidad, donde sostuvieron, entre otro temas, que ante la situación social el PJ bonaerense no se quedará de brazos cruzados: “Sólo vemos ajuste y gente viviendo peor. Este Gobierno es el gobierno de los ricos para los ricos. La política económica de Cambiemos es un fracaso rotundo”.