Quienes visitaron la muestra Movimientos en blanco y negro, que la Biblioteca Nacional presentó en el Museo del Libro y de la Lengua durante los últimos meses de 2017, no solamente realizaron una recorrida por la rica historia del Ajedrez argentino, sino que se sumergieron en las amplias (y para muchos desconocidas) facetas que conectan al juego con diversas disciplinas. La literatura, el arte, la política, la historia y el humor gráfico son protagonistas de un espacio que va mucho más allá del juego en su expresión deportiva.
No es novedad que Borges haya utilizado el ajedrez como referencia en varias de sus obras, ni que es el autor del más hermoso poema que sobre el juego se haya escrito. Tampoco lo es que Rodolfo Walsh fue un jugador apasionado, habitué de los círculos ajedrecísticos y que en sus libros las referencias al juego son frecuentes: baste recordar las primeras líneas de Operación Masacre, en la que hace referencia a Keres, Nimzovich y cierta variante de la defensa Siciliana. Y también es sabido que Abelardo Castillo, aparte de mencionar el juego en sus escritos, fue un estudioso y un enamorado del ajedrez, al que también menciona repetidamente en relatos y novelas; por lo demás, fue el autor de esa maravilla ajedrecístico-literaria que es el cuento “La cuestión de la dama en el Max Lange”. Pues bien, en la muestra se exhiben libros, algunos manuscritos y originales de las obras de estos tres escritores, como así también fotografías alusivas. Pero no solamente de ellos, sino también de otros varios autores de fama y relevancia, para quienes el ajedrez ha sido un constante motivo de referencia. Están presentes Ezequiel Martínez Estrada (cuya monumental Filosofía del Ajedrez fue publicada en 2008 por la Biblioteca Nacional, un manuscrito original está entre los “tesoros” de la muestra), Enrique Anderson Imbert, Guillermo Martínez y Andrés Rivera, por nombrar solo algunos. En lo estrictamente ajedrecístico, se exhiben el primer libro editado en Argentina, que data de 1881, titulado Aperturas de Ajedrez, del inglés Bird y la primera edición (1929) del Tratado General de Ajedrez del argentino Roberto Grau, una obra de permanente vigencia y que alcanzó reconocimiento mundial debido a su altísimo valor didáctico.
“Por varias razones esta práctica milenaria ha sido y continúa siendo una fuente de inspiración de tan variadas disciplinas. Y es precisamente en este aspecto que la muestra intenta ofrecer una mirada del ajedrez desde diversas perspectivas”, explica Julián Chomski, curador de la muestra que volverá a exhibirse en el Museo del Libro y de la Lengua a partir del 5 de febrero, y agrega: “Artistas, escritores y hombres de Estado de todas las épocas han sido atraídos y cautivados por el juego de ajedrez. Esta recurrencia funcionó como un interrogante disparador, motor de una pregunta que atravesó toda la investigación realizada para la muestra”.
En línea con estas expresiones literarias, la gráfica se encuentra también representada a través de notas, dibujos, reportajes y apostillas en revistas de toda época, tanto en publicaciones netamente ajedrecísticas (hay números de las extintas revistas El Ajedrez Americano, Caissa y Jaque, entre otras), como de otras más dedicadas a la política o la actualidad, pero que en algunas ocasiones utilizaron el juego como alegoría. Es el caso de varias publicaciones de Caras y Caretas o de la mítica El Mosquito, con caricaturas referidas al momento político de la época, tales como aquella en la que Yrigoyen y Alvear dirimen sobre el tablero la muy en boga por entonces cuestión de “personalistas” y “antipersonalistas”. También pueden verse números de El Gráfico, la revista deportiva por excelencia, que supo tener en sus portadas fotografías de destacados ajedrecistas argentinos. También están presentes la historieta, la caricatura y la sátira, representadas por el humor gráfico actual y de otros tiempos, de la mano, entre otros, de Quino, Sabat, el Negro Fontanarrosa y Rep, de quienes se exhiben dibujos y caricaturas originales. Una imperdible aguafuerte de Roberto Arlt, Grandes broncas ajedrecísticas, no puede dejar de arrancar una sonrisa.
En tanto el Ajedrez está considerado no solamente un juego sino también una expresión artística, las artes plásticas han rendido su homenaje a la disciplina y no faltan en la muestra obras de afamados artistas. Se destacan una creación de León Ferrari, parte de una serie titulada justamente Ajedrez, de excepcional belleza y profundo contenido simbólico. Hay así también una imagen del artístico juego creado por Marcel Duchamp, quien lo diseñó durante el tiempo que vivió en la Argentina. Por lo demás, Duchamp fue un ajedrecista de categoría superior e integrante en dos ocasiones del equipo olímpico de Francia. De él también se expone la planilla original de una partida que jugó en la Olimpíada de París en 1924 frente al argentino Valentín Fernández Coria. Obras pictóricas de Fiszman, un grabado de Arduino y un fotomontaje de Grete Stern para la revista Idilio completan la veta de la muestra dedicada al arte.
La exposición fotográfica es amplia y para todos los gustos. Políticos y protagonistas de la historia como Rosas, Urquiza, Lavalle y Mitre han sido asiduos practicantes del juego ciencia y como testimonio han quedado sus juegos o tableros, exhibidos a través de fotografías. Imágenes de los presidentes Alvear, Perón y Frondizi en eventos ajedrecísticos, la infaltable figura del “Che” Guevara frente a un tablero, soldados jugando en la Campaña del Desierto y, en fin, innumerables retratos de tiempos lejanos y no tanto, vinculan al juego con la historia de nuestra Patria y sus personajes. Y como no podía ser de otra manera, también las fotografías refieren a los más destacados jugadores argentinos, como asimismo a aquellos que hicieron su paso alguna vez por el país y a los grandes eventos internacionales que se dieron en nuestro suelo a través del tiempo. Desde aquellos pioneros como Gelly, Pérez Mendoza y el “Padre del Ajedrez Argentino” Roberto Grau hasta Rossetto, Najdorf, Bolbochán, Guimard, Panno y tantos otros, tienen su lugar en la galería de los grandes argentinos. Los campeones del mundo Capablanca, Alekhine, Fischer, Petrosian, Smyslov y Karpov también están allí, como testimonio de su paso por Buenos Aires.
Las imágenes de los principales torneos y matches realizados en Argentina completan la muestra. La Olimpíada de 1939, el match Argentina-URSS de 1954, los matches Alekhine-Capablanca (1927), Fischer-Petrosian (1971) y Korchnoi-Polugaevsky (1980) y el Campeonato Mundial jugado en San Luis en 2005, son algunos de los eventos expuestos en fotografías que destacan por su altísima calidad. “Aquí se puede recorrer la historia del ajedrez argentino en su aspecto deportivo: Los primeros cafés y clubs, los jugadores destacados, los eventos más importantes y la literatura especializada. En ese sentido, la muestra constituye un homenaje a los aficionados, a los grandes jugadores y a todas las instituciones de ajedrez que mantienen viva la práctica del juego”, concluye el curador que es también ajedrecista.
Movimientos en blanco y negro reabrirá sus puertas el 5 de febrero y hasta fines de marzo, de martes a domingo, Avda. Las Heras 2555, entre las 14 y las 19.