El local que tiene en la ciudad de Buenos Aires la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional fue vandalizado con una pintada a favor del policía Luis Chocobar. “Aguante Chocobar”, dice la pintada en la cortina metálica de la sede de Correpi en San Telmo. La pintada “no precisa demasiada explicación. Aguante el gatillo fácil. Aguante el gobierno que nos mata más de un pibe o una piba por día. Aguanten Macri, Cambiemos y su política de ajuste y represión”, denunció la Correpi en un comunicado en el que afirma que “no nos van a asustar, vamos a seguir estando en las calles, en cada lucha, con unidad y organización”.
Chocobar es el policía que el 8 de diciembre pasado intervino de civil en La Boca ante un asalto. Tras el robo a un turista norteamericano que recibió heridas de arma blanca, el policía persiguió a uno de los ladrones y le disparó dos balazos. Uno en una pierna, que le rompió el fémur, y el otro que le comprometió el hígado, el colon y el intestino delgado. Pablo Kukoc tenía 18 años y murió tras cinco días de agonía. Un video difundido ayer confirmó que los tiros fueron por la espalda. Un día antes, Chocobar había sido recibido en la Casa Rosada por el presidente Mauricio Macri, en lo que podría leerse en la línea de otras señales de apoyo a las fuerzas de seguridad, como las que ocurrieron tras el caso de Santiago Maldonado y el de Rafael Nahuel, muerto por la espalda.
“No eligieron una persiana cualquiera para expresar el apoyo del gobierno al gatillo fácil. Se tomaron el trabajo de ubicar el local de la organización antirrepresiva que hace casi 30 años sostiene que el gatillo fácil es política de Estado, y que hoy es una voz principal en la denuncia de que, con Cambiemos, esa política es pública y explícita”, remarcaron desde el grupo que conduce la abogada María del Carmen Verdú.
La Correpi había propuesto ayer en Twitter el hashtag #NoEstánParaCuidarnos para demostrar su rechazo al aval de Macri al policía. “Están para reprimir al pueblo trabajador, para imponer a sangre y fuego el disciplinamiento y el control social que necesitan para avanzar en su plan de reforma integral de las relaciones capital-trabajo en nuestro país”.
En el comunicado, caracterizan al gobierno macrista como uno “que ha decretado de hecho el estado de excepción, que mete presos manifestantes populares y manda a su casa al genocida Etchecolatz, y que no disimula el rol de sus fuerzas de seguridad, a las que defiende sin fisuras”. Recordaron que “lo hicieron con la gendarmería que desapareció a Santiago Maldonado, con la prefectura que fusiló a Rafael Nahuel, con los que reprimieron el 14 y el 18 de diciembre, y ahora lo hacen con un ejemplar del más típico gatillo fácil policial”.
En Twitter hubo muestras de rechazo al policía y al apoyo del Gobierno tras las imágenes que muestran cómo se produjo la muerte de Kukoc.