Desde principios de año, la posibilidad de formar un amplio frente antimacrista que dispute el poder en Santa Fe ha sido el tema principal de la agenda política local. En ese armado, las voces de referentes de un movimiento social cada vez más gravitante, como son los feminismos, no ha sido escuchada, hasta ahora. Majo Gerez, militante de Patria Grande, ex candidata a concejal del Frente Social y Popular y una de las referentes del pujante movimiento de mujeres rosarino avisa: "Si nuestras demandas no están contenidas en ese proyecto a construir, eso marcaría el límite. Es con nosotras o no es". También aclara que no habla por todo el movimiento, que es amplio, heterogéneo y alberga distintas identidades políticas.

--Desde los primeros días del año se viene hablando de un frente para evitar que el macrismo gane la ciudad y la provincia. Desde tu pertenencia feminista, ¿cómo ves esa propuesta?

--El debate que se viene dando de cara a 2019, nos entusiasma. Se está empezando a hablar de qué unidad hay que construir para frenar la avanzada del macrismo, y creemos urgente poner nuestros esfuerzos para que eso se vuelva una realidad. Nosotrxs queremos aportar a la construcción de un proyecto de ciudad que convoque a una nueva mayoría social. Esto hay que construirlo junto a quienes construyan a diario con una vocación realmente progresista y popular, que se proponga impedir que Cambiemos gane la intendencia de Rosario y el gobierno de Santa Fe.

En este sentido, para nosotrxs no es un debate de nombres propios, ni se dirime solamente en las urnas aunque sea el objetivo de cara al año próximo. Creemos que hay que pensar en un nivel de unidad bien amplio para construir este frente anti‑neoliberal, esa unidad que hace dos años se viene expresando en la calle debe empezar a dar saltos políticos. Desde nuestro espacio, de la mano de Carlos del Frade hay que poder construir junto a los sectores del kirchnerismo y con Ciudad Futura.

 

"Creemos que debemos pensar en un nivel de unidad bien amplio para construir este frente anti‑neoliberal".

 

--¿Cuáles serían los límites y cuáles los requisitos para un frente que integre a algunas expresiones feministas?

--Nuestro movimiento está a la cabeza de la lucha anti‑macrista y venimos demostrando en la práctica una gran capacidad de trazar acuerdos en la diversidad de tradiciones y experiencias políticas, poniendo lo más urgente por delante, que en este momento es enfrentar el avance neoliberal que representa Cambiemos. El movimiento feminista tiene un nivel de diversidad y amplitud envidiables. Eso no nace de un repollo, es algo que aprendimos a construir entre todas. Por eso, corresponde  aclarar que no estoy hablando en nombre de todo el movimiento feminista de la ciudad, este es un debate pendiente que hay que ver como se puede impulsar. En este sentido, es fundamental recuperar las demandas y reivindicaciones de los sectores que están sufriendo las medidas del gobierno, que se organizan y salen a la calle, como lo hacemos las feministas junto a miles de mujeres, lesbianas y trans, saliendo a marcar una agenda que nos excluye permanentemente. Si nuestras demandas no están contenidas en ese proyecto a construir, eso marcaría el límite. Es con nosotras o no es.

--En un momento de intensa ebullición de los feminismos, ¿cuál crees que debería ser el lugar del movimiento de mujeres en un armado político que impida la llegada del macrismo al poder?

--Hoy sucede algo increíble y es que el feminismo se ganó un lugar en la agenda mediática (como lo que esta pasando por estos días en el programa de televisión Intrusos). Está llegando a todo el mundo. Por eso las asambleas por el paro de mujeres, lesbianas, travestis y trans del 8M siguen en ascenso, tienen una participación cada día mas amplia. Nuestro feminismo no es un golpe de suerte y se ha erigido como un movimiento que ha denunciado que somos las mujeres y las identidades feminizadas las más golpeadas por este gobierno neoliberal. También somos las que no nos resignamos a vivir en esta realidad, y aprendemos del feminismo a imaginar una vida mejor. Por eso decimos que nos mueve el deseo.

Entonces, claro que tenemos mucho por aportar a la construcción de una alternativa en la ciudad, porque en definitiva ya lo estamos haciendo.

 

"Sabemos hacer política de otra manera. El feminismo es el gran protagonista de esta nueva generación".

 

--¿Cuáles crees que son las deudas del oficialismo provincial y municipal con las mujeres?

--El Frente Progresista no pudo ser coherente con sus mejores banderas y políticas, con las que consiguió la representatividad popular que tuvo, y hoy parece haber perdido. Fue un gobierno municipal que habiendo tenido algunas iniciativas de vanguardia en género y diversidad, hoy carece de políticas activas a la altura de las demandas del grito de Ni una Menos. No podemos seguir contando con la misma estructura de hace diez años para abordar las situaciones de violencia machista que viven cientos de rosarinas al año, que cada vez más se atreven a hablar, producto, en parte, de las movilizaciones y la agenda que marcamos las mujeres. En nuestra provincia logramos que desde hace años no se registren muertas por abortos, eso tiene que ver con haber asumido que las interrupciones legales de embarazo son una cuestión de política de estado y gracias a los acompañamientos de las organizaciones feministas que empujaron todo este tiempo. Pero a la vez, cómo puede ser que no se avance en el proyecto de ESI provincial o no tengamos la paridad de género aún.

--¿Cuáles son los riesgos para las mujeres si el macrismo ganara en provincia y municipalidad?

--Los riesgos son enormes, implica retroceder en todos los aspectos de nuestras vidas. No solo porque somos las mujeres y las identidades feminizadas en mayor medida las que absorbemos el impacto de las políticas de recorte neoliberales. Sabemos que además de ser un gobierno que profundiza la feminización de la pobreza, es un gobierno representativo de los sectores conservadores y anti‑derechos.

De eso somos muy conscientes por eso el Paro Internacional de Mujeres que estamos gestando tiene un carácter de resistencia frente a la ofensiva neoliberal que se vive en la región. El movimiento feminista, más allá de las distintas miradas con respecto al que hacer, sabe que en nuestra ciudad lo peor que puede pasar en 2019 es que gane Cambiemos.

 

"El movimiento feminista tiene un nivel de diversidad y amplitud envidiables que construimos entre todas".

 

--¿Hay una estrategia feminista para evitar que la derecha llegue al poder?

--Estamos viviendo un momento muy especial del feminismo, y las argentinas somos referencia global. Somos el epicentro de esta la cuarta ola del feminismo. Rastreando en nuestra historia reciente podemos encontrar una explicación en más de 30 años de encuentros nacionales de mujeres. Hemos crecido transversalmente en toda nuestra sociedad y sus instituciones. El Ni Una Menos ha trascendido a los espacios habituales del feminismo y hoy se ha vuelto algo cercano para todo el mundo.

Lo paradójico es que todo esto sucede en momentos donde el orden conservador gana terreno perdido. Son dos movimientos contradictorios, el feminismo avanza al mismo tiempo que también lo hace la derecha en gran parte de nuestro mundo. En todo ese gran lío, nos aparece la pregunta y el desafío sobre qué hacemos las feministas más allá, y después de, la denuncia sobre la situación que vivimos. Creo que hay mucha creatividad para poner en juego, otra forma de hacer política es necesaria y nosotras sabemos hacerlo, el feminismo es el gran protagonista de esta nueva generación política.