El 2017 marcó un récord de aumento para la bolsa porteña y enero de este año no se quedó atrás. Hubo empresas que registraron ganancias de hasta 50 por ciento en el mes. Pero febrero es la clara muestra que todo lo que sube tiene que bajar. El índice MerVal acumuló en las últimas tres jornadas hábiles una caída de alrededor del 10 por ciento. Algunas acciones como Central Puerto llegaron a bajar hasta un 18 por ciento únicamente el viernes. Los mercados financieros globales empiezan a dar señales sobre un retroceso en el optimismo de los inversores y algunas de las variables macroeconómicas más importantes a nivel internacional comienzan a generar un impacto negativo para los resultados de las distintas plazas bursátiles del mundo. El principal elemento es la decisión cada vez más clara de Estados Unidos de elevar su tasa de interés. La Argentina quedó expuesta a lo que ocurra en el exterior, debido a las medidas de desregulación de los últimos dos años, y se encuentra muy vulnerable ante una salida fuerte de capitales.
En los principales mercados del mundo el recorrido de las acciones no resultó alentador estos días. Hubo caídas en Japón y en los índices europeos, mientras que en Wall Street las operaciones de futuro de las acciones se pactaron con expectativas de disminución de precios. Uno de los puntos centrales para explicar este recorrido es que la tasa de interés norteamericana sigue en valores máximos de los últimos meses y no parece haber terreno para que vuelva a caer. El interés de los bonos del Tesoro a 10 años ya es del 2,8 por ciento, un valor que no alcanzaba desde marzo del 2014, y muestra una suba de 38 puntos básicos en lo que va del año. En la agencia de bolsa Portfolio Personal aseguran que “lo que preocupa no es que haya marcado niveles elevados sino que viene subiendo a un ritmo muy acelerado”. En los principales bancos centrales del mundo también se muestra una tendencia a subir las tasas. Europa y Japón empezaron a dar señales de querer terminar con sus programas de política monetaria expansiva.
El mundo financiero ya no está tan dulce como en los últimos años y esto empieza a repercutir en el mercado interno y en las empresas locales que buscan capitalizarse en el exterior. Las ofertas públicas de Corporación América y Central Puerto generaron esta semana fuerte decepción entre los inversores. Corporación América salió a cotizar a la Bolsa de Nueva York a 17 dólares por acción, lo cual fue 2 dólares menores respecto de lo que sugirió como rango mínimo la compañía en su prospecto de emisión. La empresa terminó recaudando menos de los 500 millones de dólares que se había fijado como objetivo mínimo. A su vez, en la primera rueda de operaciones en Nueva York la firma perdió 3,5 por ciento y terminó cotizando a 16,4 dólares. En cuanto a la colocación de oferta pública de Central Puerto, la empresa logró adjudicar 200 millones de acciones, cuando tenía el objetivo de alcanzar las 408 millones de acciones. El precio de cada acción estuvo por debajo del valor mínimo sugerido por la firma: salió al mercado a 1,65 dólares por acción, cuando habían proyectado que podía ser de 2,2 dólares.
El mercado financiero internacional se muestra menos optimista y los números económicos del país tampoco ayudan para promocionar la plaza bursátil. El último dato de inflación del Indec fue del 3,1 por ciento para diciembre, el valor más elevado del año. La AFIP informó en enero que hubo una recaudación menor a la esperada por las consultoras. El Ministerio de Hacienda registró el año pasado un déficit fiscal cercano a los 4 puntos del Producto Bruto Interno, en el que los gastos por el pago de intereses de la deuda superaron las inversiones de capital del sector público. El rojo de las cuentas externas por intercambio comercial es el más alto desde mitad de los noventa y, por si fuera poco, la fuga de capitales por compra de divisas para atesoramiento del sector privado está por superar los valores picos registrados en la crisis financieras internacional