Laura Alonso goza de la confianza de Mauricio Macri, quien la colocó al frente de la Oficina Anticorrupción. Su cargo quedó fuera del alcance del decreto presidencial que insta a los familiares de los ministros a renunciar a cargos públicos, como consecuencia del caso Triaca. Así, Soledad Alonso, hermana de la funcionaria, mantuvo su puesto en la estructura de la Secretaría General de Presidencia, a cargo de Fernando De Andreis. La divulgación de este caso no fue del agrado de la funcionaria encargada de velar por la transparencia de los actos de gobierno.
La periodista Emilia Delfino publicó en el diario Perfil una nota sobre los casos de parientes de funcionarios que aún mantienen cargos después del decreto de Macri. En su nota se detuvo en el caso de Soledad Alonso. Consultada por la periodista, la responsable de la Oficina Anticorrupción aseguró que su hermana llevó su CV a la Fundación Pensar, think tank ligado al macrismo. “Fue entrevistada y contratada como empleada. En estos años ha sido evaluada y se le renueva el contrato de locación de servicios cada fin de año. Cobra 23 pesos mil mensuales, va a trabajar todos los días y cumple horario, tiene que poner el dedo en el control biométrico de la Casa Rosada”, le contó Alonso a la periodista.
Lo curioso vino después, y la nota lo consigna: “La funcionaria luego llamó a Perfil para advertir que iba a ‘responder’ con acciones si la información era publicada. No especificó a qué acciones se refería”.
La actitud amenazante de Alonso se suma a las investigaciones realizadas por PáginaI12 sobre un posible conflicto de interés en su propia área, ya que contrató a una consultora privada de comunicación que a su vez trabaja para distintos organismos del Poder Ejecutivo que su oficina debe controlar.
Otros funcionarios que zafaron del decreto presidencial son José Torello, jefe de asesores de Presidencia, con dos familiares en la Anses; y el propio Fernando De Andreis, jefe de la hermana de Alonso, que tiene un familiar en la Jefatura de Gabinete. A ellos hay que sumar a la hermana del ministro de Ambiente, Sergio Bergman, a cargo del museo de la Legislatura; y otra hermana de Jorge Triaca. En ese caso, asesora en el Legislativo porteño. A diferencia del caso de Soledad Alonso –y según las sospechas que se desprenden de las declaraciones de la titular de la Oficina Anticorrupción– no queda claro si ellos van a trabajar todos los días.