El martes que viene se realizará un besazo frente a Tribunales en protesta contra el procesamiento por “resistencia a la autoridad” y “lesiones graves” de Mariana Gómez, la joven que el pasado 2 octubre fue detenida y golpeada por la policía por besar a su esposa, Rocío Girat, en la estación de subte de Constitución.
Bajo el lema #PresaPorBesar, difundida a través de redes sociales y con el apoyo de organizaciones como la Federación Argentina LGBTI, la Asamblea Lésbica Permanente y 100% Diversidad y Derechos, el besazo será a las 11 en Lavalle y Libertad. Todos los días hasta llegar al martes habrá además un tuitazo para incentivar al convocatoria con el hashtag #PresaPorBesar. Ese día Mariana Gómez apelará la resolución judicial dictada por la jueza María Fontbona de Pombo, a cargo del juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 45.
El 2 de octubre Gómez, de 24 años, fue detenida durante algunas horas en el domo del Centro de Trasbordo de Constitución del subte C por darse un beso con su esposa, Rocío Girat, quien se hizo conocida por denunciar a su padre, un ex suboficial de la marina, que la había "violado y golpeado desde los 13 hasta los 16 años en su casa y en una base naval".
Si bien la policía afirmó que "Gómez estaba fumando en un lugar prohibido", tanto la pareja como las organizaciones lgbti aseguraron que la intervención policial "sobrevino al intentar censurar el beso" de las dos mujeres. Asimismo, Gómez y Girat denunciaron que los agentes "se dirigieron a ellas en masculino, les pidieron la libreta de casamiento y que había otras 40 personas fumando en ese momento bajo el techo de policarbonato de Plaza Constitución".
La magistrada Fontbona de Pombo consideró que la detención, que derivó en un violento forcejeo, fue “legítima” ante “la negativa de la muchacha de apagar el cigarrillo que estaba fumando en un ámbito conocidamente prohibido a esos fines” y descartó que haya obedecido “a un motivo discriminatorio y/o persecución contra la prevenida por su condición sexual”, como afirma la defensa.
Según analizó abogado de Gómez, Lisandro Teskiewiks, uno de los efectivos que participó del hecho declaró que “es habitual que se fume en esa zona, que solo hay carteles en el área de molinetes, y que normalmente cuando se le advierte a la gente de esa prohibición, dejan de fumar o se retiran. Cuando le pregunto si alguna otra vez iniciaron actuaciones por el tema, dice que no”. También, según Teskiewiks, ese testigo reconoció en su declaración que “cuando Mariana se quiso ir, él no la dejó y da un argumento increíble: dice que porque Rocío le había advertido que se estaba poniendo violenta, él no podía dejarla ir por aplicación del protocolo de violencia de género”. Es decir, temía que agrediera a su esposa.
Si bien, la defensa ofreció la testimonial de Rocío Girat, la jueza no la citó. Los videos filmados por algunos transeúntes dan cuenta de la brutalidad de la detención: la tiran al piso y después la trasladan a una oficina policial dentro del subte. "Yo ya me había fumado cinco cigarrillos y estaba todo el mundo fumando. Era incoherente lo que me decía y no lo iba a aceptar. Claramente fue un acto de lesbofobia", sostuvo la joven de 24 años después de la violenta intervención policial, los golpes, el despliegue de patrulleros, las requisas durante las cuales la hicieron desnudar y la trataron en masculino.