Después de haber caído en 2016 y 2017, las ventas minoristas arrancaron 2018 con una nueva contracción. La baja del consumo fue del 1 por ciento frente a igual mes del año pasado, según el relevamiento presentado ayer por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). “El comienzo del año tuvo un mes irregular para los comercios, que sintieron la fuga de turistas al exterior y la mayor demanda de autos y viviendas. Eso resintió el consumo corriente”, interpretó el presidente de la entidad Fabián Tarrío, quien llegó al cargo con el apoyo del Gobierno y hace malabares para encontrar explicaciones alternativas a lo que es una disminución contundente de las ventas por más de 24 meses consecutivos. Las subas de precios y la pérdida de poder adquisitivo de salarios y jubilaciones constituyen la situación estructural donde se aprecia esta baja de las ventas.
Durante enero, el 45,1 por ciento de los comercios consultados tuvieron caídas interanuales en sus ventas, el 39,9 por ciento registró aumentos y el 15 por ciento se mantuvo sin cambios. A su vez, de los 19 rubros relevados, 14 disminuyeron, 4 crecieron y 1 continuó sin cambios (Electrodomésticos y artículos electrónicos). Los ramos en alza fueron Juguetería y Librerías, Materiales para la construcción, Farmacias y Neumáticos.
De acuerdo al informe, los negocios cercanos a las fronteras con Paraguay siguieron muy afectados por el declive de ventas ya que muchas familias cruzaron a comprar, especialmente indumentaria, calzados, lencería y electrónicos. No así con Chile, donde los precios a enero presentaban más similitudes con los argentinos. En cambio, “en las ciudades turísticas hubo buenos volúmenes de ventas y el mes terminó con un resultado moderado. Incluso hubo comercios que se quedaron sin stocks porque los niveles de expendio fueron más fluidos de lo esperado”, destacó CAME.