El canciller Jorge Faurie recibió en el Palacio San Martín al secretario de Estado de Donald Trump, Rex Tillerson. En la primera conversación con el funcionario texano, coincidieron en el combate al terrorismo y al narcotráfico y en las críticas a Venezuela. No es de extrañar: en declaraciones recientes en Estados Unidos, el funcionario había sugerido que un golpe de Estado podría ser la salida para la crisis venezolana y también mencionó a Cuba como un país donde Nicolás Maduro sería bien recibido en el exilio. El presidente Mauricio Macri tiene previsto recibir a Tillerson hoy por la mañana, en la quinta de Olivos.
Tillerson es uno de los hombres de mayor confianza del presidente de Estados Unidos, al que se lo recomendó para el cargo la inolvidable Condoleeza Rice, quien ejerció la misma función durante el gobierno de George W. Bush. El secretario de Estado estadounidense llegó el sábado a la Argentina desde México –su escala previa en su gira regional, que seguirá por Perú, Colombia y Jamaica– y estuvo en Bariloche descansando e incursionando en actividades recreativas (como cabalgatas, dado que es un hijo de Texas que tiene su propio rancho, donde cría caballos), antes de comenzar su agenda oficial.
Eso sí, llegó cargado de elogios para Macri. “Es bienvenido el liderazgo de la Argentina, incluso para promover la democracia en Venezuela. La Argentina resurgió como el paladín de la democracia en la región”, sostuvo el funcionario –que tiene un cargo equivalente al de canciller–, tras el encuentro con Faurie. Previo al cónclave, ambos dejaron una ofrenda floral en la estatua de José de San Martín, uno de los próceres de la independencia argentina. No hubo ironía en el gesto.
Luego compartieron un almuerzo del que participaron también el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne; el de Producción, Francisco Cabrera; el de Energía, Juan José Aranguren; el de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere; y el de Defensa, Oscar Aguad. Finalmente, hicieron declaraciones ante un grupo de periodistas. “Nos encanta ver el liderazgo de Argentina y le deseamos la mejor de las suertes en el G-20. Las relaciones son cada vez más sólidas y trabajamos conjuntamente para establecer un continente más seguro y próspero”, sostuvo ante la prensa.
Ambos funcionarios hablaron sobre Venezuela y Tillerson coincidió en que no se puede seguir “sin hacer nada” con el gobierno de Maduro. Ya hace unos días, Tillerson había insinuado que muchas veces en América latina cuando un liderazgo se agota es reemplazado mediante un golpe de Estado. El funcionario dijo que su gobierno quiere en Venezuela “elecciones libres, justas y verificables”, en lugar de las realizadas en abril. “Seguimos considerando la aplicación de sanciones al comercio del petróleo de Venezuela, o sus productos refinados”, evaluó. De todas formas, indicó que no se trata de una decisión tomada: “Creo que nuestros desacuerdos son con el régimen de Venezuela y no con el pueblo venezolano, que esta sufriendo enormemente”, advirtió (ver aparte).
El canciller Faurie remarcó la “preocupación de ambos países sobre el accionar de grupos de narcotráfico y su vinculación con el terrorismo” y sostuvo que la Argentina se sumará al combate de esos dos delitos, tal y como pregona Estados Unidos. Aguad, que participó del almuerzo, ya dio los primeros pasos para que las Fuerzas Armadas se vuelvan a involucrar en tareas que, hasta ahora, están prohibidas por dos leyes de los años 80. También se indicó que hablaron sobre la “cooperación en seguridad”, pero no hubo mayores detalles de qué puede implicar.
Cuando le preguntaron por las restricciones sobre el biodiesel argentino en Estados Unidos, Faurie sostuvo que siguen apostando al diálogo, una forma diplomática de reconocer que no hubo avances en ese sentido.
Tillerson verá hoy cara a cara a Macri, para el que solo tuvo buenas palabras. “Macri también lidera a la Argentina a un futuro de prosperidad y para Estados Unidos es una gran oportunidad para trabajar de manera conjunta en temas bilaterales”, dijo. Precisó que quiere hablar con él de temas comerciales, terrorismo, narcotráfico y “un capítulo sobre armas químicas y preocupaciones que compartimos sobre Siria”. La cita es a las 10 en Olivos.