El Gobierno sigue dando señales claras de que su modelo es financiero e improductivo. El Ministerio de Finanzas anunció para esta semana la emisión de un bono con “cláusula gatillo” para que los inversores se queden tranquilos. No van a perder contra la inflación si ocurre que los precios suben por encima de la tasa de interés pactada en la emisión del bono. El equipo económico pone una cláusula de indexación por precios sobre los instrumentos financieros pero se la niega a los sindicatos para negociar paritarias. En las últimas semanas los principales funcionarios del Gobierno aseguraron que los salarios deben subir en torno a 15 por ciento, sin cláusula de ajuste, y les pidieron que confíen en la meta oficial.
El bono con cláusula gatillo, es decir que pagará más intereses si aumenta la inflación por encima de lo previsto, fue ideado por la cartera de Luis Caputo y vence en 2019. En detalle se precisó que se ofrecerán a través de una licitación con un tramo competitivo y otro no competitivo. Los inversores que participen del primer tramo deberán indicar el precio de suscripción por cada 1000 pesos de valor nominal, mientras que para el otro tramo, en donde participan inversores minoristas, sólo deberá indicarse el monto.
Estos bonos “devengarán intereses del 1,7 por ciento al mes, los que se capitalizarán de forma mensual a partir de la emisión y hasta la fecha de vencimiento”. Pero en el contrato de emisión se les asegura a los inversores que si el capital ajustado por CER más un 3,7 por ciento de interés genera una ganancia mayor podrán optar por cobrar de esta forma. El inversor nunca podrá perder contra los precios, es decir se elimina su riesgo, pero sí podrá obtener rentabilidad en términos reales si la inflación en los próximos dos años crece en promedio por debajo del 1,7 al mes.
En la cartera de Finanzas también anunciaron la emisión de nuevas Letes en dólares. Se trata del principal mecanismo del Gobierno para capturar divisas en el mercado interno con el objetivo de cubrir el déficit fiscal, el rojo comercial y financiar la salida de capitales cada vez más pronunciada. Estas letras se emitirán con plazos de 196 y 364 días y pagarán un interés en moneda extranjera cercano al 3 por ciento. Se colocarán 1000 millones de dólares y se podrá suscribir en pesos o en moneda extranjera. Las órdenes por menos de 50.000 dólares tendrán prioridad en la adjudicación.
El Gobierno asegura que, pese al fuerte endeudamiento observado desde 2015, el próximo año bajará el ritmo de emisión. “En 2019 Argentina dependerá muy poco de los mercados internacionales”, aseguró ayer el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Dijo que “el mercado de capitales local será más grande y habrá menos déficit fiscal”. El funcionario mencionó además que no le preocupa un cambio en el optimismo de los inversores a nivel global, a partir de la política monetaria más contractiva de Estados Unidos. “La tasa de interés a 10 años en Estados Unidos vuelve a niveles parecidos a cuando Donald Trump ganó la elección. Habrá tasas más altas, el reacomodamiento se hará de manera ordenada”, aseguró.
Dujovne sostuvo que un aumento de la tasa de interés mundial que impacte en el costo del financiamiento para el país no será relevante este año porque ya se emitió en enero gran parte de los recursos necesarios para todo 2018. El funcionario planteó además que la economía se potenciará en los próximos meses, pese a que los consultores de la city empezaron a cambiar a la baja sus proyecciones del PBI. “El crecimiento es ahora sano y perdurable porque es liderado por la inversión, sumado a que este año habrá una suba muy interesante de las exportaciones”, apuntó.