Con nuevas denuncias de Ramón "Monchi" Machuca, el temor de dos testigos y preguntas sobre un viaje a Brasil, se reanudó ayer el juicio oral a la banda de Los Monos. "No nos vamos a dejar verduguear como el poder político de la provincia quiere", lanzó ayer Machuca, al final de la audiencia. La frase se refería a una requisa de la noche del lunes en su pabellón de la cárcel de Piñero ‑cerca de donde anteayer fue asesinado Jonatan Funes, cuando salía de visitar a sus hermanos‑. "Nos tuvieron engomados de 6 a 11.30 de la noche. Yo vi pasar al director (del Servicio Penitenciario, Pablo) Cococcioni y le pedí que nos abra para bañarnos y comer porque no íbamos a venir al juicio. Nos cortaban la luz con el calor que hacía, no nos querían abrir el pabellón. Nos trajeron esposados y le lastimaron la muñeca a (Ariel "Guille") Cantero", se quejó. Desde el Ministerio de Seguridad se indicó que fue un procedimiento "por acciones preventivas en todo el sistema carcelario".

Otro testimonio fuerte fue el que dio a conocer Secretaría sobre la negativa de testigos a declarar: "Dijo que es un peligro que concurra y que se va a tomar un colectivo para salir de la provincia; que lo vayan a buscar por la fuerza pública porque no va a declarar". También un policía cuyo hijo fue intimidado manifestó temor: "Todavía estoy a la espera de respuestas del Ministerio de Seguridad. Debo velar por la integridad física de mi familia".

Sonrientes y jocosos, los imputados volvieron a sentarse ayer en el banquillos de los acusados por el delito de asociación ilícita y homicidios. Incluso se vieron caras nuevas como las de Andrés "Gitano" Fernández y Walter Jure. Si bien quedaban 12 testigos citados para ayer, solo concurrieron dos. En tanto, hoy se comenzará a debatir el homicidio de la adolescente Lourdes Cantero, por el que está acusado Machuca, como "determinador".

La Fiscalía continuó con la línea que busca probar el poder adquisitivo de la banda. Para ello, citó al director comercial de una agencia de viajes que en 2013 recibió un pedido de informe con una lista para saber si alguno de los integrantes de la familia Cantero había comprado pasajes allí. El abogado confirmó que la agencia vendió paquetes de aéreos y hotel a Ariel Máximo Cantero, su esposa Vanesa Barrios, dos menores y otra pareja, cuyos nombres figuraban en la lista. El viaje tenía como destino Natal, Brasil, y fecha para el 8 de mayo de 2013, con regreso el 18 de ese mes (días antes del crimen de Pájaro). El gasto total era de unos 60 mil pesos.

A su turno, la defensa apuntó a demostrar que el viaje era accesible. "¿Es común que los argentinos viajen a Brasil?", preguntó la defensa. "Sí. Es un viaje normal para los argentinos; el más buscado. Va gente de todo tipo", respondió el gerente comercial.

El segundo testigo era un policía citado por la defensa de Gustavo "Gula" Pereyra, quien afirmó que el policía imputado era un hombre "de confianza", ya que a ambos les asignaron un operativo para desbaratar un bunker de Pueyrredón al 2700.

Si bien había más testigos citados para ayer, la mayoría se excusó de asistir. El jugador de fútbol Angel Correa, del Atlético Madrid, ofreció declarar por videoconferencia desde el consultado argentino en la capital española, y el tribunal pidió que se verifique si están las posibilidades técnicas para hacerlo. En tanto, el periodista Horacio Verbitsky no pudo ser ubicado hasta el momento. Mercedes Paz, hija de Luis Paz (a quien la defensa sindica una amistad con el juez de la causa Juan Carlos Vienna) tampoco fue ubicada y se propuso llevarla por la fuerza pública.

Otros dos testigos manifestaron directamente que sienten temor. Al principio del juicio, en diciembre pasado, policías que trabajaron en la ex División Judiciales declararon que cuando fueron a allanar la casa del muchacho que debía testificar ayer, éste estaba "en el fondo de la casa, herido en una pierna y nos dijo que había sido baleado y no atendido porque tenía miedo que lo dejen preso. La bala no quedó alojada en el cuerpo. No fue detenido porque no hubo secuestro. El dijo que fue balado por integrantes del grupo liderado por las personas imputadas acá. Hizo denuncia en sede policial y judicial", dijo el policía, en su momento. Ayer, Secretaría del Tribunal dijo que logró comunicarse con el testigo, quien les respondió "es un peligro que concurra a declarar". Se trata de un joven que -según el fallo de Vienna- habló del entramado de la banda.

Otro de los testigos que no se presentó fue el policía Américo P., cuyo hijo denunció haber sido golpeado en la seccional 15º. "Debido a la falta de garantías existentes me veo imposibilitado de presentarme en el día de hoy, porque mi hijo fue víctima de apremios ilegales y todavía estoy a la espera de respuestas por parte del Ministerio de Seguridad. Debo velar por la integridad física de mi familia", dijo en una nota.

Sobre el final de la audiencia, Monchi pidió hablar. "Nosotros no nos oponemos a estar en el juicio porque acá se debate nuestra libertad; pero tampoco nos vamos a dejar verduguear", dijo contra el accionar del Servicio Penitenciario, luego de la requisa que se hizo el lunes por la tarde-noche en pabellones de Piñero. "Nos engomaron", denunció.

Defensa vs. Fiscalía. Poco antes de la reanudación de las audiencias, el abogado Carlos Varela dijo que "no hay pruebas de asociación ilícita". Y agregó: "El material probatorio y el pronóstico de los fiscales, de noviembre de 2017, no tuvo condescendencia con lo que aportaron al juicio. Hay escasez de elementos y no se pudieron determinar los nexos de las personas acusadas con esa supuesta asociación delictiva".

Para Fiscalía, hay que esperar hasta los alegatos de cierre. "Recién ahí se va a ver la vinculación de las pruebas. Es como armar un rompecabezas completo y cada una de las partes podrá hacerlo", dijo la fiscal de Cámara, María Eugenia Iribarren.

Homicidio. Lourdes Cantero tenía 14 años cuando fue baleada en el interior de su casa, el 15 de mayo de 2013. "Dale a mansalva", es la frase que se conoció de las escuchas con las que cuenta la Fiscalía, contra Ramón "Monchi" Machuca, sindicado autor intelectual del hecho que comienza a debatirse hoy. La hipótesis es que determinó a un tal "Gabi" que disparara contra la vivienda del barrio de la Carne donde descubrió que funcionaba un kiosco de drogas: una competencia para su negocio. Adentro estaba la chica con sus hermanos. El fiscal Gonzalo Fernández Bussy acusó a Machuca por el delito de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego" en calidad de "determinador". El caso ya tiene una condena: el policía Angel Delmastro fue penado como partícipe secundario, a 6 años y medio de prisión. Lo acusaron porque Monchi pidió la dirección exacta de la casa de Conscripto Bernardi al 6300 a sus cómplices. Luego, llamó al policía Delmastro, quien estaba en la Dirección General de Control y Prevención de Adicciones Zona Sur, y le preguntó si le sonaba esa dirección. El policía le respondió que no. Machuca le ordenó: "Bueno, averiguá si alguno lo tiene habilitado, porque está cerca del mío y se lo voy a mandar a cerrar". Delmastro le respondió: "Sí, está acá, lo tienen acá, pero no importa, dale boludo, no digas nada y dale".