Racing volvió a perder y terminó el año demasiado lejos del lote de candidatos a pelear el campeonato en el segundo semestre del año que viene. Ayer cayó ante Unión, en Santa Fe, por 1-0.
Zielinski formó un equipo distinto, obligado por las lesiones. Improvisó en la última línea, con dos centrales –Ortiz y Barbieri– que jugaban juntos por primera vez. Alvarez fue lateral izquierdo y sólo Pillud jugó en su lugar natural. En el medio puso en una misma línea a Videla y Aued y le dio a Acuña la función de conectar con los tres delanteros: Martínez, Bou y López. A priori un esquema ambicioso, pero en la realidad un dibujo sin rodaje. Unión sacó provecho de las improvisaciones e impuso condiciones en la primera etapa. Cortaba con facilidad los ataques de la Academia, casi siempre lances individuales; en la mitad de la cancha sus volantes cortaban sin complicaciones y generaban acciones ofensivas sin mucha oposición; y sus delanteros hallaban muchas facilidades, sobre todo en el juego aéreo. Por esa vía lo tuvieron Sánchez –su cabezazo se estrelló en el palo– y Anselmo –su definición salió desviada–. Sin embargo, los de Pumpido consiguieron el 1-0 por vía terrestre, cuando Godoy apareció sólo a las espaldas de Pillud y definió con un zurdazo. Era justo, porque al descanso se fue ganador el equipo que supo qué hacer ante un rival que parecía estar de vacaciones.
De los vestuarios emergió un Racing más voluntarioso. Con los mismos problemas en defensa y en el medio, aunque decidido a arriesgar para buscar la igualdad. Se esforzó, pero generó poco peligro, y casi todo se redujo a lances individuales, que no le alcanzaron para evitar su tercera derrota al hilo.