Todo confluyó para que en 2015 se encontraran en Caracas dos viejos amigos, Chivo Machado y Humberto Pérez, y para que formaran la banda stoner Macondo Children, que acaba de publicar su primer álbum en Buenos Aires, de la mano de Chancho Discos. Hasta entonces, Chivo iba y venía de Venezuela a Argentina, y Humberto había vivido y tocado la viola en Estados Unidos e Inglaterra. Cuando finalmente se alinearon para grabar, el estudio caraqueño era un depósito de basura que —bromean hoy a la distancia— tuvieron que “sanear para no morir”.
“Había un bulto que decía ‘caja con hongos’ y yo me preguntaba por qué se habían tomado el trabajo de escribir eso en vez de tirarla”, recuerda el guitarrista sobre un momento clave en esta historia que arrancó en 2005 en Caracas, cuando Chivo entró como reemplazo de batero en la banda de su amigo. Después dejaron de verse por un tiempo, porque Humberto se fue a vivir a la Florida, donde terminó tocando con un grupo de Orlando llamado Ambertone, que tenía mucho público en esa ciudad pero estaba exactamente a un año de separarse. Mientras tanto, Chivo había armado en Buenos Aires la banda Los Últimos Indocumentados.
Agotado su camino en Estados Unidos, el guitarrista se propuso probar suerte en Londres, pero antes se reunió en Caracas con Chivo, que venía de perder a su hermano y estaba organizando una suerte de concierto homenaje. Cara a cara en la sala de ensayo, se convencieron de armar la banda. Y, pese a su partida a Inglaterra, Humberto regresó un año más tarde a su ciudad natal. “La vuelta a Caracas fue para hacer música, para buscar el campo de batalla más favorable”, dice el violero.
“No queríamos pensarla mucho. Compramos equipos, enchufamos todo, limpiamos ese viejo depósito y nos pusimos a tocar”, cuentan. Y se ve que tenían mucho guardado porque compusieron los temas en el momento y los grabaron casi en las primeras tomas, sin editar, cortar ni pegar nada. Así nació Macondo Children, disco homónimo con ocho canciones de rock crudo y riffs espesos que combinan el grunge de los ‘90, la potencia de Queens of the Stone Age y las raíces de Led Zeppelin y Black Sabbath.
Chivo y Humberto se declaran “indetenibles” si tienen sus instrumentos, una PC con Pro Tools y un lugar para enchufar y grabar. No saben si van a permanecer mucho tiempo en Buenos Aires o si van a emigrar a la Florida, donde Humberto todavía tiene sus cosas. Sólo algo tienen claro, y lo llevan como bandera: “No nos van a parar”.
* Viernes 9/3 a las 21 en Teatro Monteviejo, Lavalle 3177.