Cada vez son más las mujeres jefas de hogar, y en general ellas están mejor preparadas, escolarmente hablando, que sus parejas. Por lo demás, las mujeres jefas de hogar suelen tener más incidencia en los hogares conformados por parejas jóvenes sin hijos. Tres cuartas partes de los hogares nucleares completos (el 72,3 por ciento) en los que hay mujeres jefas de entre 20 y 60 años tienen, también, a la pareja de la mujer como proveedor. En esas familias, más de la mitad de las jefas de hogar “equipara el nivel educativo de su pareja y cerca de una tercera parte tiene un nivel educativo mayor”. “En los hogares con dos proveedores, el nivel educativo de las parejas es más igualitario”, indica el estudio.
Además, en esos hogares, “las mujeres aportan el 40 por ciento y más del ingreso en común”, algo que termina redundando en que el Ingreso Per Capita Familiar resulte sensiblemente más elevado, y que, por tanto, la situación económica de los hogares con dos proveedores sea más acomodada que aquellos donde sólo una persona provee ingresos. En el 44,7 por ciento de los casos, las mujeres aportan entre el 40 y el 59 por ciento de los ingresos familiares; en el 30,5, menos del 40; en el 24,8, el 60 por ciento. La mayoría de esas mujeres tiene entre 30 y 44 años; cuando hay hijos, suelen ser menos de tres (y, de acuerdo con los últimos registros, no tienen más de 13 años). El 69,5 por ciento de los hogares con dos proveedores tiene un nivel medio o alto de ingresos, mientras que en el resto los que alcanzan ese nivel son el 60 por ciento.
En el 27,5 por ciento de los hogares nucleares completos, hay mujeres de 40 y más años y que no tienen hijos. Le siguen los hogares de familias en etapas de consolidación (en la que los hijos tienen entre 13 y 18 años, o en la que entre hijos mayores y menores hay entre 12 y 15 años de diferencia; el 17,9 por ciento), de expansión (en la que los hijos mayores tienen entre 6 y 12 años; el 16,5 por ciento), de inicio de la familia (aquella que tiene hijos de hasta 5 años; el 14,7 por ciento), la pareja joven sin hijos (se considera pareja joven a aquella en la que la mujer tine menos de 40 años; el 12,5 por ciento) y de salida (aquellas en las que los hijos menores tienen 19 años o más; el 10,9 por ciento).
El estudio cifra la clave del cambio de las familias en varios factores que coinciden. Por una parte, el “incremento de la edad a la primera unión y (el) aumento de las separaciones y lo divorcios”. Por otra, “el descenso de la fecundidad y el corrimiento de la edad de la mujer al tener su primer hijo y el envejecimiento de la población porteña”.