A finales de los 80, en un pueblo del interior de Buenos Aires, una maestra de escuela se entera de que tiene una enfermedad terminal. Como última voluntad decide filmar una película porno. La amistad, el amor, el deseo, los sueños, el cuerpo de la mujer como campo de batalla, una novela de iniciación, una despedida: Todo tendría sentido si no existiera la muerte es una obra de teatro épica y a la vez íntima. Reestreno: Jueves 15 de febrero a las 20. Todos los jueves, viernes y sábados hasta el 17 de marzo a las 20 en la Sala Batato Barea del Centro Cultural Ricardo Rojas, Avenida Corrientes 2038.
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