A Rocío Giralt, la otra parte del beso, la esposa y testigo principal de la detención en el subte de Constitución, no le permitieron hacer esta declaración en la causa que expresa en estos términos para SOY. 

Me ha pasado muchos años que me tapen la boca y silencien mi voz. Esta es una situación más donde me sentí otra vez la nada misma. El 2 octubre llevaron presa a mi esposa por besarnos , yo lo vi todo, la discriminación, la exposición de Mariana -mi pareja- por ser la “lesbiana visible “, la agresión de los policías para las dos. Recuerdo el momento en el que los policías me decían que me retire de Constitución, un lugar público, con el término “que la amiga se retire”, nunca me escucharon, ¡ni cuando grité que no le peguen más a mi pareja que es mujer! 

Fui empujada  por un policía violento. Un chico que estaba filmando la situación me asistió. Me echaron de un lugar público, no me decían adónde se llevaban a Mariana. La desesperación es inexplicable, la gente acumulada gritando que la dejen, Mariana desvanecida en el piso. Y la policía lo unico que quería es seguir abusando de su poder, pidiéndome la libreta de matrimonio para acreditar que estuviese casada y así decirme adónde sería trasladada mi compañera. Mostré el certificado de matrimonio y en su planilla anotó “soltera” , insistía con que estaba soltera, con que yo era amiga de Mariana y con que mi pareja era un “pibe”. Si eso no es odio, decime qué es. 

Yo también me defendí del policía Jonathan Rojo y en ese momento estaba fumando junto a les 40 persones que estabamos ahí y no estuve detenida. La heteronorma encasilla, discrimina, lastima.