La mano derecha de Charles Puigdemont, Elsa Artadi, podría ser una posible candidata de consenso de los independentistas para la Presidencia del gobierno de Cataluña, ante las dificultades que conlleva la investidura del ex presidente de la región, quien se encuentra en Bélgica desde que fue destituido de su cargo en octubre. 

En caso de confirmarse la candidatura de Artadi, la economista de 41 años doctorada en la Universidad de Harvard se convertiría en la primera presidenta mujer del gobierno catalán. La vocera de Junts per Catalunya formaría parte de una fórmula en la que ella sería la cabeza del Ejecutivo catalán, mientras que Puigdemont ejercería una presidencia “simbólica” a distancia. 

La radio catalana RAC1 adelantó ayer la existencia de un hipotético acuerdo entre las tres fuerzas separatistas que son mayoría en el Parlamento, Junts per Catalunya (JxCat), Esquerra Republicana (ERC) y Candidatura de Unidad Popular (CUP), para que Artadi se someta próximamente a la votación de investidura en el Parlamento de la región, que se encuentra paralizada desde hace días. Según la emisora, esto se haría a través de una propuesta de resolución, es decir, un texto sin efecto jurídico pero que serviría para “restituir simbólicamente el cargo” de Puigdemont.

Sin embargo, Desde ERC, su portavoz Sergi Sabriá,prudente, insistió en una entrevista en el canal catalán TV3 en que Puigdemont es el único candidato sobre la mesa y que no le consta que JxCat haya propuesto un nombre alternativo al de Puigdemont. Por su parte, el presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, de ERC, quien hoy visitó en la prisión al líder su partido y ex vicepresidente Oriol Junqueras -y el resto de secesionistas detenidos-, tampoco despejó las incógnitas en torno a la investidura.

Tras obtener mayoría absoluta en los comicios catalanes de diciembre, los partidos independentistas acordaron proponer la candidatura de Puigdemont para ponerlo al frente del Gobierno de la región, pero el Tribunal Constitucional impidió celebrar el nombramiento a distancia, puesto que existe una orden de detención si el líder catalán pisa suelo español. La decisión judicial llevó al presidente del Parlamento, Roger Torrent, a posponer indefinidamente la sesión de investidura, por lo que Cataluña está desde entonces en una suerte de limbo. 

“Cada vez son más los catalanes que se preguntan cuánto tiempo puede estar una Comunidad Autónoma sometida a la voluntad y vaivenes de una sola persona”, dijo ayer el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, a más de un mes de los comicios. El líder conservador, que habló en el Foro del diario ABC, atribuyó a Puigdemont la parálisis y la incertidumbre en la que sigue instalada la norteña región e instó al parlamento catalán a elegir “de forma normal” a un presidente “normal”. 

“Puigdemont es nuestro candidato pero, sobre todo, es el candidato del Parlament”, reiteró, sin embargo, la propia Artadi en los pasillos del Parlamento catalán, donde se llevan a cabo las negociaciones para desencallar la investidura, precisamente con su nombre sobre la mesa.

La tercera fuerza independentista del Parlamento, la CUP, que el miércoles se abrió a investir a un candidato alternativo a Puigdemont, hizo público el supuesto plan del líder secesionista para la investidura que daría a Cataluña un gobierno simbólico en el exilio y otro, oficial en Barcelona. 

El itinerario previsto que se filtró a la prensa, constaría de cuatro etapas. En primer lugar, una resolución política del parlamento de reconocimiento de la restitución del “presidente legítimo”, en referencia a Puigdemont, quien fue destituido por el Ejecutivo español de Mariano Rajoy tras impulsar una declaración unilateral de independencia. El segundo paso sería llevar a cabo una reforma de la ley de la Presidencia para incluir la investidura a distancia; en tercer lugar, la elección de Puigdemont como presidente del “consejo de la República” en Bruselas, y finalmente su investidura en el Parlamento, algo que de no ser posible, conllevaría a la investidura de otro candidato alternativo.

En los últimos meses, Artadi fue cobrando protagonismo en la política catalana, especialmente después de que Puigdemont partiera rumbo a Bruselas y el principal líder de ERC y ex vicepresidente, Oriol Junqueras, fuera encarcelado por delitos vinculados al proceso independentista. El hipotético plan de los independentistas para convertirla en una especie de presidenta “efectiva” del Gobierno catalán suscitó ayer reacciones en Madrid. El Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy reclamó a la economista que no sea una “presidenta de paja” y que se desvincule completamente del ex jefe del Gobierno catalán, en palabras de la vicesecretaria de la formación conservadora Andrea Levy.