Luego de haber sido invitado por Benjamin Biolay para cantar en su recital del sábado pasado en La Usina del Arte, Emmanuel Horvilleur regresará hoy a las 21 al edificio erigido en Agustín Caffarena 1. Pero esta vez será en calidad de curador. Inspirado en el homónimo caloventor, CalorAma se llama el ciclo en el que, durante febrero y marzo, el cofundador de Illya Kuryaki & The Valderramas presentará su lectura sobre el indie argentino. “Me llamaron para que eligiera bandas de funk, hip hop y música urbana, pero decidí ampliar la consigna”, explica el músico. “Me pareció muy bueno no dejar de lado la propuesta de Fémina, que es un trío de chicas que está estupendo y que tiene una mística diferente, o de De la Rivera, Valdés, Under MC, El Zar y Astor, que es el que arranca (hoy). Ojalá que salga bien y que haya más ediciones para que otras bandas tengan el lugar para expresarse.”
–¿De dónde conoce a los artistas que eligió para CalorAma?
–A algunos los sigo en Instagram, mientras que a otros los vi en vivo o los descubrí gracias al consejo que les pedí a mis amigos.
–Al menos desde hace un par de años, no sólo frecuenta el circuito del indie local sino que también interactúa con músicos de la escena como Luca Bocci, con quien tocó recientemente y prepara un proyecto discográfico. ¿Qué le sedujo de esta camada?
–Es un circuito donde hay buena música. En los últimos años han salido bandas que están a la altura de que uno pueda ser fan. Si bien antes también las había, en este momento se dio una movida en la que me gusta ver a los músicos más unidos. Me encanta que Wos se suba a rapear con Perras on the Beach, y que todos los pibes del Manso Indie (se refiere al indie mendocino) sean amigos. Por más que existió el Nuevo Rock Argentino y que tenemos una estupenda relación con Babasónicos, en mi generación eso no pasó. Esto es más natural. Por eso estoy fascinado con lo que veo y escucho, al punto de que siento que puedo aprender de ellos. La canción “Aguetas”, de Usted Señálemelo, me parece uno de los mejores temas del año. Para muchos de ellos soy un referente, y, de hecho, me lo dijeron. Disfruto de esta etapa. Me armé un grupo con músicos sustraídos de esta movida. Estoy contento con lo que se viene.
–Literalmente, esos músicos se los sustrajo a Juan Ingaramo. ¿O ellos eligieron tocar con usted?
–Si te ponés a analizar, gran parte de los músicos que tocaron con Fito, Spinetta, Calamaro y Cerati salieron de los Kuryaki. Desde Sergio Verdinelli hasta Fernando Nalé, pasando por Nico Cota. Así que eso siempre lo padecí. Había puesto el ojo en Francisco Azorai, pero un día Guillermo Salort se lo encontró a Rafa Arcaute, y le dijo que, en caso de que estuviéramos buscando baterista, lo llamáramos. Si bien puede ser tomado de esa manera, no fue que me los afané. Es algo natural. Juan es muy bueno en lo que hace, por lo que es capaz de armar una nueva banda como la que hizo ahora. Aunque es más laburo para la otra persona, el músico decide.
–¿Esta será la formación que estrenará en su performance en el inminente Lollapalooza porteño?
–Empiezo a ensayar la semana próxima. El Lollapalooza es un puntapié inicial. Ya tenemos otro show el 22 de marzo en la Usina del Arte, con el que cerraré CalorAma. Este año será un poco eso: volver a poner en órbita la cosa solista. Tampoco es algo que se da de un día para otro. Mucha gente está esperando que vuelva a tocar y hay pibes de 20 años que van a descubrir quién soy, porque son de generaciones más chicas.
–¿Cómo lleva la nueva separación de los Kuryaki? Dante Spinetta pateó primero el tablero con Puñal.
–Kuryaki, para mí, es algo muy grande. Lo ha sido todos estos años de tocar en lugares increíbles. Me emociona mucho lo que creció estos años y lo grande que se hizo. Y ojalá que podamos seguir alimentando esa usina de música. Si vamos a hacer algo más adelante, será con canciones nuevas.
–¿Para cuándo prevé su próximo disco solista?
–Saldrá luego del Mundial y todavía no tiene nombre. Aún estoy trabajando en el repertorio. Ya grabé varias canciones. Me metí en el estudio en diversas situaciones, con diferentes grupos de músicos, y salieron cosas que me gustan. Obviamente, en direcciones diferentes. Sentí que este tiempo era el momento para probar eso. Arranqué con “El hit”, para darle un puntapié a la cosa. Es una canción que surgió en el estudio, a partir de la sociedad con Rafa Arcaute y Didi Gutman. La arrancamos en Madrid y la completamos en Buenos Aires. Más allá de que el destino final sea un álbum, tenía ganas de probar cosas. Disfruto de esa búsqueda.
–“El hit” apunta hacia el R&B actual. ¿Será así el resto del disco o el espectro conceptual es más amplio?
–Son diferentes experimentos. “El hit” tiene un sonido de ahora, pero también lo puedo tocar con una guitarra acústica. Me gusta adaptarme a la música que está sonando ahora, aunque naturalmente. Hice canciones que van hacia otra dirección porque el tema así lo requería. Estoy desprejuiciado con respecto a la canción. Me gusta emprender esos viajes y ver adónde se llega.
–La letra del tema dice: “Yo nunca perseguí el hit”. ¿Es una ironía?
–Es lo que salió cuando me encontré con esa música. Lo primero que hice fue cantar ese pasaje que mencionás. Lo hice como jugando. Didi se río y me dijo: “Está buenísimo”. Me gustó que le haya gustado y ahí empecé a profundizar la idea.