El dólar cerró ayer a 20,20 pesos, con una suba de 25 centavos. Se trata de un nuevo pico de cotización y deja en evidencia fuertes presiones en el mercado cambiario. El tipo de cambio mayorista se ubicó en 20 pesos, con un incremento de 29 centavos, al alcanzar también un record histórico. El dólar se volvió un verdadero problema en las últimas jornadas. El Banco Nación habría intentado frenar la suba de la cotización con ventas en el mercado cambiario pero no consiguió saciar la fuerte demanda de moneda extranjera de los privados. El gobierno de Mauricio Macri desde que asumió a finales de 2015 ya subió el dólar más del ciento por ciento. En el mismo período la inflación acumuló un alza del 70 por ciento y el crecimiento promedio del PIB fue cero.
La cotización del dólar, que ayer anotó su máximo histórico, viene dando señales de fuerte presión desde finales de diciembre. La intención del equipo económico de bajar la tasa de interés en pesos es uno de los elementos que empezó a potenciar la dolarización de carteras de inversores tanto extranjeros como locales. Algunos fondos con importante participación en Lebac empezaron a desarmar sus carteras de inversión para pasarse de las letras a acciones o directamente al dólar, con el objetivo de irse del mercado interno hacia otros destinos más rentables (o menos riesgosos).
La incertidumbre de las finanzas mundiales, que a principios de semana se exacerbó con la caída en puntos más importante en la historia de Wall Street, es otro punto clave que incrementa la presión sobre el dólar a nivel local. El comportamiento de los grandes inversores cada vez que hay ruido a nivel internacional es salir de las economías emergentes para volar hacia activos más seguros en el mundo desarrollado. La salida de capitales en la región en las últimas semanas ya es una de las más importantes desde 2016, cuando se observó otro episodio de incertidumbre por el ruido político generado con las elecciones en Estados Unidos.
El otro elemento que genera tensiones cambiarias es estructural. La Argentina tiene un profundo desequilibrio de las principales cuentas macroeconómicas. El déficit comercial es el más elevado desde mediados de los ‘90. La cuenta corriente de la balanza de pagos, donde además del rojo comercial se cuenta el déficit del turismo y el pago de los intereses externos, es equivalente a 5 puntos del PBI. Y la compra de moneda extranjera del sector privado, en la que se registra la dolarización tanto de grandes inversores como del público minorista, ya es la más elevada en casi una década. Economistas de todas las corrientes aseguran que es muy difícil sostener estos resultados sólo con ingreso de la deuda. Una idea muy clara de las tensiones la brinda el presupuesto. El gasto público para obras de infraestructura ya es menor que el gasto destinado a pagar intereses de la deuda con los acreedores externos y del mercado interno.
Las expectativas de devaluación para los próximos meses vienen en alza. El mercado de futuros operó ayer el equivalente a 710 millones de dólares, de los cuales la mitad se negociaron para fin de febrero. Los contratos de dólar para esa fecha se pactaron a 20,35 pesos, mientras que para junio de este año se operaron a 21,78 pesos. Las subas en el valor de los contratos fueron de hasta 40 centavos. Existe fuerte riesgo para el inversor si la suba de la divisa sigue siendo más fuerte de la planeada y los grandes fondos ya empezaron a practicar el mecanismo para dolarizar carteras en forma inmediata.
“En los últimos meses, los inversores de Lebac se habían empezado a ir a la bolsa. Ahora directamente comenzaron a moverse al dólar. Estos sectores especulativos observan que el país es cada vez más inestable. Nadie quiere quedarse último”, dijo a este diaro Arnaldo Bocco, director de la carrera de economía de Umet. Agregó que “los grandes fondos empiezan a practicar para estar preparados cuando llegue una verdadera corrida. La Argentina, con el aumento de la tasa de interés que se observa en Estados Unidos, tiene los días contados para continuar con su estrategia de endeudamiento con costos bajos. El modelo está mostrando sus límites”.
La economista de EcoGo, Marina Dal Poggetto, coincidió en que hay un escenario más complicado. “Las bajas del Dow Jones impactan en el dólar. La Reserva Federal empezó a subir a un ritmo más rápido la tasa de interés de referencia, que ya está en torno a 2,8 por ciento, cuando el año pasado estaba cerca de 2,4. La volatilidad es una de las principales características de los mercados financieros tanto locales como internacionales. Se está viendo en las acciones pero también en las materias primas, como el petróleo. Si el mundo sigue por este camino, el efecto va a verse sobre las posibilidades de crecimiento del mercado interno”.