El dólar cerró ayer a 20,36 pesos, con un incremento de 16 centavos. A mitad de la jornada se llegó a ofrecer a 20,65 pesos en algunas entidades. Es un nuevo record para la divisa. El tipo de cambio mayorista, con el que operan grandes bancos, exportadores e importadores, cerró la semana en 20 pesos sin cambios respecto del jueves. El Banco Nación volvió a intervenir en la plaza cambiaria para intentar contener la escalada de la divisa. Eso explicó cierta moderación al final de la rueda. Sin embargo, la entidad no logró evitar que el dólar alcance un pico histórico. Con estos valores el dólar se apreció en la semana 2,72 por ciento. La suba de febrero se suma así al avance de la divisa en enero, de 1 peso o 5,33 por ciento y en el año acumula así una apreciación del 7,55 por ciento. La suba del tipo de cambio empieza a generar tensiones en los precios del mercado interno. Los alimentos son uno de los rubros que más impacto reciben cada vez que avanza el dólar.
Los elementos que explican la suba del dólar en las últimas jornadas son varios. Uno es el clima financiero internacional más complicado. Los inversores se dolarizan cada vez que hay ruido en las bolsas del mundo. Las expectativas de que la Reserva Federal de Estados Unidos suba la tasa de interés de referencia agregan presión. El rendimiento de los bonos del Tesoro norteamericano viene subiendo más rápido de lo esperado y potencia la salida de capitales de los países emergentes, con fondos de inversión que ya empiezan a volver hacia las economías desarrolladas. Esto explica que no sea sólo la Argentina la que devalúa su moneda. El real subió ayer 1 por ciento respecto del dólar, el peso mexicano 0,5 por ciento y el peso chileno 0,4.
Además de las tensiones internacionales, existe un elemento interno muy claro. En el poder ejecutivo se tomó la decisión de bajar los rendimientos en pesos de los instrumentos financieros. Esto genera que muchos inversores con carteras en Lebac (o títulos en pesos) desarmen sus posiciones y dolaricen sus activos. En la medida que la tasa de interés baja, la inflación se mantiene, la expectativa de devaluación aumenta y el inversor pierde incentivos para seguir arriesgando capital en moneda local en el negocio de carry trade (bicicleta financiera).
Un interrogante de los operadores financieros de la city porteña es, si frente a los desequilibrios que empieza a mostrar el mundo, el Gobierno seguirá en la tesitura de solicitarle al Banco Central que siga bajando las tasas en pesos. El equipo económico quería un tipo de cambio más depreciado, pero ese programa no contemplaba un mundo más volátil como el que se observó estos días. La incertidumbre en el exterior y una política monetaria muy laxa pueden ser un combo explosivo.
Además de los elementos internacionales y el cambio de la política monetaria local, existen otros factores internos que fomentaron la suba del dólar. Uno fue la protesta de los camioneros transportistas de cereales que bloquearon distintas rutas y accesos de la provincia de Santa Fe, en reclamo por las tarifas de los fletes de granos (ver aparte). Hubo en los últimos días una caída de hasta 70 por ciento del ingreso de camiones a los puertos del Gran Rosario. Esto genera una menor venta de cosecha y, por tanto, adelanta un menor ingreso de divisas por liquidación de exportaciones. Una menor oferta de dólares, que en un momento de demanda de divisas importante, suma otra presión sobre la cotización del dólar.
La bolsa porteña sufrió las consecuencias de la incertidumbre. Ayer tuvo un desplome del 2,8 por ciento (ver aparte). Las acciones en el mundo registraron fuertes caídas esta semana, principalmente en Wall Street. El retroceso de la bolsa en Estados Unido fue en los últimos cinco días de 5,2 por ciento, la caída más importante en los últimos dos años. Ayer las acciones se movieron de forma muy volátil. El Dow Jones comenzó la jornada con caídas del 2 por ciento pero terminó el día subiendo 1,4 por ciento.
Los analistas intentan acertar lo que puede pasar la próxima semana. Ya hubo un gran fondo de inversión que se declaró en estado de quebranto por la gran volatilidad de estos días y la prensa internacional habla de riesgos sistémicos. Las bolsas europeas anotaron ayer una baja del 1,2 por ciento en Alemania, del 1,4 por ciento en Paris, del 1,1 por ciento en Londres y del 1,2 en Madrid.