Científicos del Centro Atómico Bariloche desmintieron que el resultado de las pericias allí realizadas indiquen que Rafael Nahuel tenía restos de pólvora en sus manos. El joven fue asesinado el 25 de noviembre pasado de un balazo por la espalda en el marco de un operativo del Grupo Albatros de la Prefectura Naval dentro de la comunidad Lafken Winkul Mapu, ante un reclamo de territorios por parte de los mapuches en la zona de Villa Mascardi. El Gobierno avaló lo actuado entonces por esa fuerza de seguridad y fue en ese caso que estableció la doctrina de que lo que dijeran los uniformados tenía carácter de verdad. Como parte del modus operandi macrista, en los últimos días se buscó convertir en sospechosa a la víctima.
El juez Gustavo Villanueva dispuso una serie de medidas en la causa tendientes a determinar qué miembro del Grupo Albatros mató a Nahuel. La bala que terminó con la vida del joven es una 9 milímetros similar a la que usan los efectivos de esa fuerza especial de la Prefectura. Entre las medidas ordenadas por el magistrado está la realización del barrido electrónico de las cintas de carbono tomadas de las manos de los 22 integrantes de Prefectura, del propio Rafael Nahuel, y de Fausto Jones Huala y Lautaro González, quienes bajaron al joven moribundo hasta la ruta donde había comenzado el operativo de seguridad en cuyo marco se produjo su muerte. La pericia quedó en manos de expertos del Centro Atómico Bariloche y se esperaba su conclusión para la primera semana de febrero.
Desde esa institución salieron al cruce de las versiones acerca de que el estudio había concluido que en las manos de Nahuel había restos de pólvora. Concretamente quienes lo hicieron fueron los científicos del Departamento de Caracterización de Materiales, quienes están realizando los análisis, y le aclararon al sitio web Nuestras voces que eso “es una mentira porque es un resultado que aún ni nosotros sabemos”. “Las mediciones no han finalizado todavía. En consecuencia el informe técnico no está aún escrito. Por lo tanto, toda información que hubiera sido consignada en algún medio de prensa es inexacta careciendo de sustento empírico”, agregaron.
Los especialistas desmintieron así al diario Clarín, que el jueves había asegurado que en el Instituto Balseiro –en lugar del Centro Atómico Bariloche, que es donde se realizan los estudios-– habrían encontrado restos del pólvora en las manos del joven asesinado. La versión va en línea con la defensa de la Prefectura por parte del Gobierno y con la mecánica de culpar a las víctimas.
Nahuel fue asesinado el mismo día del entierro de Santiago Maldonado, que desapareció durante la represión de la Gendarmería a la comunidad mapuche Pu Lof en resistencia de Cushamen y 78 días después apareció sin vida en el río Chubut. Entonces, con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, como abanderada, defendió a capa y espada a los miembros de esa fuerza de seguridad, que esta misma semana denunció por asociación ilícita y falso testimonio a quienes acompañaban al joven muerto. La Gendarmería sostiene que los testigos se aliaron para incriminar a la fuerza. “Es una denuncia claramente intimidatoria”, advirtió Verónica Heredia, abogada de la familia Maldonado.