Miles de personas venidas de toda Italia marcharon ayer en las calles de Macerata contra el racismo y el fascismo, después de que un militante de extrema derecha baleara la semana pasada a seis inmigrantes africanos en esa ciudad del este del país, un incidente que alteró el debate electoral ante los comicios del mes próximo.
Tras el ataque xenófobo, los partidos de derecha como la Liga Norte o Forza Italia hicieron de la inmigración el centro de sus campañas para las generales del 4 de marzo, mientras que otros sectores expresaron su preocupación ante el racismo creciente y un posible resurgimiento del fascismo. La inquietud llevó a colectivos antifascistas, organizaciones humanitarias como Emergency, sindicatos y otras asociaciones a convocar una manifestación de repudio en Macerata.
Sin embargo, su autorización fue confirmada recién anoche, luego de que el Ministerio del Interior aceptara las garantías de los organizadores de que sería totalmente pacífica. Eso no impidió al municipio ordenar el cierre de todos los negocios y la suspensión de las clases –en Italia el sábado es también un día lectivo– y el servicio de transporte público ante posibles disturbios entre radicales de izquierda y de derecha.
Alrededor de 30.000 personas, según los organizadores, marcharon pacíficamente por las calles de la localidad, coreando frases de solidaridad con los inmigrantes y consignas contra el fascismo, como “siempre contra las camisas negras”. En la cabeza de la marcha, estaban presentes inmigrantes africanos y algunos exponentes del nuevo partido Libres e Iguales, del ex presidente del Senado Pietro Grasso, además de representantes de otras formaciones como Juntos o Poder al Pueblo.
El Partido Demócrata (PD) del ex primer ministro Matteo Renzi, en cambio, decidió no participar por considerar que la manifestación no era necesaria, una opinión compartida por el alcalde local, Romano Carancini, de la misma agrupación. “La ciudad no estaba preparada para esto. No era necesario manifestarse a pocos días de esta tragedia”, argumentó Carancini citado por la agencia de noticias EFE.
Tanto Renzi como el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, fueron criticados por los manifestantes, que también cargaron contra el ministro del Interior, Marco Minniti, por afirmar que “el fascismo está muerto”.
“Ha sido una gran participación de la gente que ha reiterado el no a cualquier violencia, el no al fascismo, y el no al racismo. Los ciudadanos han recuperado las plazas a pesar de las prohibiciones”, señalaron los organizadores.
Pequeñas concentraciones similares se celebraron, asimismo, en otras ciudades como Milán, Turín y Bolonia. Y el clima de tensión no hace más que aumentar, a medida que se acerca la fecha de las elecciones. En Macerata, los últimos días aparecieron carteles de apoyo a Luca Traini, el ex candidato de la fascista Fuerza Nueva Luca que disparó la semana pasada contra inmigrantes africanos para vengarse del asesinato de la adolescente Pamela Mastropietro, del que fue acusado un presunto traficante de drogas nigeriano. “Hoy la izquierda se manifiesta contra el racismo, mientras que hay tres inmigrantes detenidos y Pamela y los otros italianos víctimas de la inmigración clandestina pueden esperar”, tuiteó Salvini en Twitter.