PáginaI12 En España
Desde Barcelona
Los catalanes votaron el 21 de diciembre y, sin embargo, todavía esperan la formación de un gobierno para su región. La lucha legal en la que se convirtió el conflicto político entre el Ejecutivo español y las fuerzas independentistas impide desatascar la situación y reanudar el normal funcionamiento de las instituciones en Cataluña. Desde que, hace ya tres semanas, el presidente del parlamento regional, Roger Torrent, suspendiera indefinidamente el Pleno de investidura tras la prohibición del Tribunal Constitucional de que Carles Puigdemont interviniera en el mismo de forma telemática desde Bruselas- donde se encuentra prófugo- los partidos secesionistas discuten una nueva fórmula para investir al ex president. Pero el acuerdo se hace esperar y la formación de Puigdemont –Junts per Catalunya (JxCat)– y su socio Esquerra Republicana (ERC) se alejan progresivamente pese a sus reiterados intentos de buscar una solución pactada.
Este sábado, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, fue explícita ante el consejo nacional de su partido, asegurando que se está trabajando “de forma incansable” para alcanzar un acuerdo, pero que su partido solo aceptará “un acuerdo firme y no un pacto a medias”. Para la líder independentista, en sus negociaciones con JxCat faltan “rigor y un debate maduro” que permitan pasar de “unos acuerdos a medias” que no concretan ni en la futura hoja de ruta del Govern ni en su composición, dos puntos que los republicanos exigen para sellar el pacto de gobernabilidad. Por otra parte, la segunda fuerza secesionista prioriza el levantamiento del artículo 155 de la Constitución que el Ejecutivo de Mariano Rajoy instauró para intervenir el autogobierno catalán tras las declaración unilateral de la independencia el 27 de octubre. “No nos podemos permitir otro escenario que no implique poner fin al artículo 155”, afirmó Marta Rovira, quien denunció que la norma está siendo empleada para socavar las instituciones catalanas y que podría acabar con el sistema escolar regional –que garantiza la enseñanza de la lengua catalana– y la televisión local, TV3.
Para Esquerra Republicana habría que limitar la figura de Carles Puigdemont a un “reconocimiento de su legitimidad en Bruselas” mientras en Cataluña se pone en marcha “un gobierno efectivo” aunque su Jefe no sea el president cesado o, al menos, no de forma presencial. El nombre de Elsa Artadi, mano derecha de Carles Puigdemont, sonó la semana pasada como posible candidata a esa “presidencia efectiva” de la Generalitat pero luego ambas formaciones procuraron dejar en claro que todavía no es momento de hablar de personas alternativas porque todos los esfuerzos siguen dirigidos a que el ex president sea quien nuevamente dirija el Gobierno de la región norteña.
El partido de Puigdemont, entretanto, dio este viernes por su cuenta un paso adelante en el que es su plan A: la reforma de ley de la presidencia autonómica para permitir su investidura a distancia. JxCat registró este viernes la petición de la modificación exprés de la norma en el Parlament, con el objetivo de esquivar el veto del Tribunal Constitucional para la investidura en diferido del líder huido en Bélgica. La propuesta consiste en agregar un párrafo a la ley que regula, entre otras cosas, la elección del president de la Generalitat, para prever que el candidato pueda presentar su proyecto a la Cámara de forma escrita o telemática “en casos de ausencia, enfermedad o impedimento”. Sin embargo, ERC no quiso participar de la iniciativa porque teme que solo sirva para alargar la aplicación del 155, suponiendo que las represalias por parte del Estado central no tardarán en llegar.
De hecho, el gobierno de Mariano Rajoy anunció, justo después de la propuesta registrada por JxCat, que ya está preparando una reacción jurídica para impedir, una vez más, la investidura de Puigdemont. El portavoz del Ejecutivo, Iñigo Méndez de Vigo,había informado el día anterior que el Estado español no permitirá una reforma exprés de la ley de Presidencia de la Generalitat porque, a su juicio, “los independentistas deberían haber aprendido qué cosas no se pueden hacer, como violar la Constitución y jugar a la unilateralidad”. También se pronunció sobre el bloqueo político en Cataluña el presidente Rajoy, quien recordó que ahora lo que corresponde es que el Parlament regional busque un sustituto de Puigdemont al que no le impidan ejercer su cargo acusaciones de rebelión, sedición y malversación, como le sucede al ex president huido de la justicia española desde hace cuatro meses. “Los ciudadanos votaron con normalidad y ahora está en manos del nuevo Parlamento catalán elegir, de una forma normal,un presidente normal. La democracia española ha demostrado que se defiende cuando la atacan”, profirió el Jefe del Ejecutivo.
La oposición en Cataluña rechaza de lleno el plan de los independentistas para que Puigdemont adquiera una presidencia simbólica desde Bruselas y culpabiliza a las tres formaciones que obtuvieron juntas la mayoría absoluta en la Cámara regional –JuntsxCat, ERC y CUP– de la parálisis que sufre la Generalitat. “¿Hay alguien ahí que pueda decirle a Puigdemont que no va a ser president? El Parlament no puede estar paralizado a la espera de un señor fugado de la justicia”, advirtió Fernando De Páramo, secretario de Comunicación de Ciudadanos, el partido españolista que ganó las elecciones de diciembre.
Por su parte, la portavoz parlamentaria del Partido Socialista Catalán, Eva Granados, tachó de “disparate” que se pudiera reformar la Ley de Presidencia por “la situación personal” de Carles Puigdemont, recordándole al líder secesionista que “el Palau de la Generalitat está en la Plaça Sant Jaume [Barcelona], no en Waterloo [Bruselas]”, a la vez que los Comuns –el partido de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau– se pronunciaban esta semana a favor de un candidato que gobierne “efectivamente” desde Cataluña si el president destituido no cumple su compromiso electoral de regresar de Bélgica. “El presidente dijo que volvería. Es un compromiso que adquirió. Dado que es una posibilidad muy lejana, no es descabellado que fuerzas políticas puedan pensar en otro candidato igual de legítimo, porque ha sido votado”, dijo en rueda de prensa la portavoz de la formación, Elisenda Alamany, insistiendo en que los escaños de ERC (32) y de la CUP (4) suman más que los 34 de JxCat.
En medio de este rompecabezas sin solución a la vista, al menos este viernes los letrados del Parlamento catalán alejaron la posibilidad de una repetición de elecciones, asegurando que el reloj que estipula un plazo de dos meses desde la primera votación de presidente no empezó a correr, puesto que esa votación no llegó a producirse. El margen otorgado por los juristas completa el cuadro para prever que el acuerdo dentro del bloque independentista será lento y más lenta será aún la formación de un gobierno en Cataluña si, finalmente, su conclusión es la de persistir en la investidura a distancia de Puigdemont, porque lo siguiente será –con toda probabilidad– un nuevo palo del Tribunal Constitucional.