La Resolución ENRE 1091/17, por la cual se estableció el cuadro tarifario para el período 1 de diciembre de 2017 al 31 de enero de 2018, fijó un valor medio de la energía generada de 1329 pesos por MWh. Es decir, un promedio de 70 dólares por MWh. Los usuarios residenciales pagaban 838 pesos de ese monto y el Gobierno asume que la diferencia es un subsidio a los usuarios. En el Cuadro Tarifario a partir del 1 de febrero (Resolución ENRE 603/2017), la energía pasa a tener un valor de 1029 $/MWh, es decir un incremento del 23% en el precio, que se extiende al cargo fijo. Las facturas que recibirá, por ejemplo, un usuario cliente de Edenor de clase media, con un consumo de 500 kwh/mes (categoría T1 R7) tendrá un costo mensual de aproximadamente 1604 pesos, según el nuevo cuadro tarifario vigente para este mes. Sin considerar los aumentos que se proponen para abril, el costo anual de la energía eléctrica llegará a moneda de hoy a un salario medio completo en el acumulado del año.
Estas subas surgen de una especie de “Tablita Excel” del ministro Juan José Aranguren, que se alimenta de precios de generación cada vez más generosos. Hoy se aplica al cálculo de costo de generación eléctrica el uso como combustible del gas natural, a un costo 5,20 dólares por millón de BTU (unidad calórica de medición). En abril, este precio subirá a 5,70 (aproximadamente un diez por ciento). En función del mismo, Cammesa (organismo mixto administrador del mercado mayorista eléctrico) indicará cuál es el nuevo precio estacional estabilizado.
El precio mayorista de la electricidad podría subir un 10 por ciento por incidencia del mayor costo del combustible, entonces. Pero en dólares. De 70 dólares el Mwh, se estaría yendo a 77 dólares en abril. La tarifa final dependerá, en consecuencia, de la evolución del tipo de cambio. Como van los aumentos del dólar hasta acá, las novedades no serían buenas para los usuarios para abril. Además, a nivel global representará que se realimente la inflación mientras los dueños de usinas generadoras eléctricas podrán gozar de un beneficio extraordinario.
Lo curioso en que todas estas variaciones, el tan mentado mercado que suele citar Aranguren como el que determina los valores, no habrá tenido ninguna participación. No habrá mediado el mercado para que Cammesa actualice el precio estacional. No hay competencia en los generadores, cuya participación está garantizada por la distribución que hace de la oferta la propia Cammesa. El sistema funciona con un mecanismo que nadie revisó.
Un precio del mercado eléctrico yendo a 77 dólares el precio mayorista, sin considerar el impacto interno de la devaluación sobre las tarifas, ya resulta un exabrupto frente a los precios que rigen en otros países. En la Unión Europea, el precio promedio de la energía para 2017 fue de 37 euros por Mw/h, o 41 dólares (Informe European Electricity Market, Third Quarterly Report). Su matriz de consumo eléctrico es similar a la de Argentina y el precio que paga por el gas importado está en torno a los 5,29 dólares por millón de BTU, aproximado al que rige hasta hoy para las centrales eléctricas argentinas. Los precios de generación que rigen en la mayor parte del mercado de Estados Unidos van de 30 a los 36 dólares por MW/h (Informes de Energy Information Administracion, EIA, organismo oficial). Es decir, a la mitad de los que nos imponen en el país.
Y no es sólo en lo que hace al precio de la energía generada donde está el problema, sino también es un despropósito lo que ocurre con las distribuidoras, que pasaron de una situación de retraso en los cuadros tarifarios a una situación de holgura empresarial pocas veces vista. Además de perdonárseles viejas deudas, se le asigna un valor por la distribución cerca del doble de la que regía en la década del 90. En el año 2000, el valor promedio de monomio mayorista (MEM) estaba en 27,38 pesos por MW/h, o el mismo valor en dólares (publicación del ENRE). Hoy, como vimos, está a más del doble en dólares (70 por MW/h). La Tarifa T1 R2 (general) del año 2000 estaba en el equivalente a 53 dólares por MW/h. Restando el valor MEM, obtenemos un Valor Agregado de Distribución (VAD) que se ubicaba en el entorno de 25,60 dólares. Hoy, este VAD se halla en 56 dólares. Es decir, el VAD actual está a más del doble de la década de los 90.
Si a pesar de haber mejorado las tecnologías de mantenimiento y contar con equipos de Distribución más eficientes y económicos, que hoy los argentinos tengamos que pagar por la energía mayorista y por la distribución valores cerca del 100 por ciento por encima de lo pagado en el año 2000, es porque algo está podrido en Dinamarca.
* Ingeniero. Integrante del Instituto de Energía Scalabrini Ortiz.