Las vacaciones y el verano tienen un problema de coexistencia casi ontológico: es que aquellas no alcanzan a cubrir toda la estación. Enero puede ser un vacío existencial nocturno casi desolador. En Buenos Aires –y tantos otros lugares– las actividades nocturnas de esparcimiento se postergan, diluyen o bajan la persiana. Febrero mejora, pero todavía arrastra la inercia del comienzo de año, a veces con la billetera demasiado castigada por los 15 días de “descanso”. Si pinta el insomnio, una plataforma de streaming, el cable o una mínima habilidad para “encontrar” series por otros medios pueden venir bien. Para esos momentos, y para sobrellevar el calor estival, son estas tres series.
La primera es Comedians in Cars Getting Coffee. Literalmente, “comediantes buscando café en autos”. No hay que ser un genio para saber de qué va. Jerry Seinfeld pasa a buscar a sus colegas en autos vintage (para los fierreros, uno más lindo que el otro), dan algunas vueltas buscando un bar, se toman un par de tazas y charlan de la vida, del oficio, de qué cosas los hacen reír. Como el viejo Seinfeld, es casi un programa “sobre nada”. Y funciona. Lleva bastante tiempo online, pero tuvo nuevo impulso con su incorporación a la plataforma dominante del mercado. Sus capítulos duran entre 12 y 15 minutos, lo que hace muy fácil decir “uno más y me duermo, que total es cortito” y seguir de largo otras tres horas.
La segunda es Star Trek: Discovery. La nueva generación (re)descubrió la saga patrona de la ciencia ficción televisiva gracias a las películas. Discovery está ubicada cronológicamente antes de The Next Generation y cuenta la guerra entre la Federación y los Klingon con una oscuridad y una intensidad infrecuente en la franquicia, aunque se atiene a sus valores históricos. La temporada (ya está completa) tiene un arco argumental unificado, algo que sólo se dio en la olvidable Enterprise. Esto le permite algunos volantazos y vueltas de tuerca muy grosos después de la mitad. Es, por lejos, una de las mejores opciones sci-fi del verano.
Y si no te cansaron los superhéroes o te quedaste con ganas de más encapuchados afroamericanos, en CW están pasando Black Lightning, basado en el personaje homónimo de DC Comics. Es correcta, pero no mucho más: tiene buenos momentos (la escena del tercer capítulo en que la hija más chica del héroe le informa que está lista para tener su primera vez es muy divertida) pero corre el riesgo de convertirse muy rápidamente en una iteración de los West lacrimógenos de The Flash, sin el contexto gracioso. Igual: vacaciones, verano, tedio. Dale play.