PáginaI12 En Alemania
Desde Berlín
Aunque ausente de la competencia oficial por el Oso de Oro, el cine argentino tendrá sin embargo una presencia importante en la 68° edición de la Berlinale que comienza hoy y se extenderá hasta el domingo 25 de febrero, dando así inicio al calendario cinematográfico internacional. Tres largos en la sección Panorama, otros tantos en el Forum del Cine Joven, otros dos largos más un corto en la sección Generation (dedicada al cine de temática juvenil), un corto en la competencia Berlinale Shorts y el nuevo documental de Fernando “Pino” Solanas en Berlinale Special conforman la cara más visible del cine argentino en Berlín, que también participará del European Film Market, del Berlinale Co-Production Market y del foro de formación Berlinale Talents.
El puntapié inicial para el alud de cine que tomará por asalto la capital alemana será esta misma noche con Isle of Dogs, el segundo largo de animación del cineasta estadounidense Wes Anderson, en premier mundial, a la que asistirán algunas de las estrellas que le ponen sus voces a los perros de una isla de fantasía: Bryan Cranston, Edward Norton, Bill Murray, Jeff Goldblum y Tilda Swinton.
La película de Solanas –honrado aquí mismo en el 2004 con el Oso de Oro por el conjunto de su obra, que comenzó con la legendaria La hora de los hornos (1966-1968)– se titula Viaje a los pueblos fumigados y, tal como su título lo indica, es una travesía por seis provincias argentinas afectadas por las tremendas secuelas ambientales y sociales que deja el modelo transgénico con agrotóxicos. Es seguro que nuestro famoso “granero del mundo” no va a quedar precisamente bien parado en el film de Solanas, que promete dar cuenta del envenenamiento no sólo de la tierra sino también de quienes la trabajan e incluso de quienes consumimos lo que allí se planta y pastorea. Un tema que sin duda llamará la atención del poderoso movimiento verde alemán (Die Grünen).
Un joven veterano y dos debutantes, a su vez, marcan la presencia argentina en la sección oficial no competitiva Panorama. El cordobés Santiago Loza –dramaturgo, cineasta y ahora también novelista– ya estuvo antes en Berlín con La paz (2013) y ahora regresa con Malambo, el hombre bueno, su décimo largometraje, una fábula realista que trabaja la idea del “cuerpo puesto en sacrificio en pos de una vocación”, en palabras del propio director. Los debutantes son, a su vez, Sebastián Schjaer con La omisión, rodada íntegramente en locaciones de Tierra del fuego, y Marilyn, de Martín Rodríguez. Ambos aspiran al premio a la mejor ópera prima, que evalúa en forma transversal, en todas las secciones, los largometrajes primerizos. Por su parte, Marilyn también competirá por el Teddy Award para el mejor film de temática LGBT, que tiene gran importancia y difusión en Berlín.
En el Forum del Cine Joven también habrá tres debutantes en el largometraje, todas mujeres. La actriz Mónica Lairana, que ya tiene un par de cortos como directora, trae La cama, un Kammerspielfilm con apenas dos personajes (una pareja mayor en vías de separación) y rodado en el interior de una casa a punto de ser abandonada. A su vez, la dramaturga y performer Lola Arias presenta Teatro de guerra, donde ex combatientes argentinos y británicos, sobrevivientes de la guerra de Malvinas, reviven y ponen en escena sus experiencias de aquel trauma generacional. Finalmente, la catalana Meritxell Colell Aparicio, formada en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y en la Universidad del Cine (FUC) de Buenos Aires propone una coproducción española-argentina titulada Con el viento, la historia del reencuentro de una madre y una hija que no logran comunicarse y de una vida rural que desaparece, un tema común en algunas de sus compañeras de la Pompeu Fabra, como Mercédes Alvarez y Carla Simón.
En Generation, también hay otra directora debutante, Alessia Chiesa, egresada de la FUC, que trae El día que resistía, la historia feérica de tres hermanos pequeños que misteriosamente quedan solos en una casona familiar y deben sobrevivir por sus propios medios, como en un cruel cuento infantil. Por su parte, el cordobés Darío Mascambroni vuelve por segundo año consecutivo a Generation: el año pasado estuvo con Primero enero y ahora regresa con Mochila de plomo, donde narra la historia de un pre-adolescente obsesionado con la figura del asesino de su padre. La presencia argentina en la sección se completa con el corto Toda mi alegría, de Micaela Gonzalo, que también puede aspirar (como Marilyn) al Teddy Award.
Hablando de cortos... En los Berlinale Shorts también se compite por el Oso de Oro y en esa liza está T.R.A.P, todo un trip del músico y cortometrajista Manque La Banca, ganador de la última Bienal de Arte Joven pero más conocido por su participación en la banda indie Nunca fui a un parque de diversiones. Filmado en 16mm., el corto se inicia como una historia de caballeros medievales en las costas del Río de la Plata y termina como una road-movie en las rutas argentinas, donde las noticias que propala la radio dan cuenta de la represión de la Gendarmería en el caso Santiago Maldonado. “Quería mostrar a unos jóvenes disidentes en la Argentina actual, gobernada por el partido político más conservador que el país ha tenido en los últimos 40 años”, declaró el cineasta al sitio web de la Berlinale.
Pero aunque nutrida, la presencia argentina –que incluye el proyecto en desarrollo de la próxima película de Albertina Carri, Los extraños de la montaña helada, en el coproduction Market– es apenas la punta del iceberg de esta nueva, maratónica Berlinale que empieza hoy. Al film de Wes Anderson ya mencionado, se suman los de otros grandes nombres del cine internacional. En la competencia oficial (ver recuadro), brillan especialmente los del filipino Lav Diaz, el estadounidense Gus Van Sant, el ruso Alexey German Jr. y los alemanes Christian Petzold y Philip Gröning.
Si de estrellas se trata, el concurso oficial también cuenta con Isabelle Huppert (en Eva, de Benoît Jacquot), Robert Pattinson (en Damsel, de David y Nathan Zellner), Valeria Golino (en Figlia mia, de Laura Bispuri), Juno Temple (en Unsane, un thriller de Steven Soderbergh rodado con un i-Phone y presentado fuera de competencia) y Joaquin Phoenix, Jonah Hill, Rooney Mara y Jack Black (en Don’t Worry, He Won’t Get Far on Foot, del ya mencionado Van Sant, que viene de hacer ruido en Sundance).
En Panorama, estarán los nuevos films del japonés Kiyoshi Kurosawa (Yocho), del brasileño Karin Aïnuz (Zentralflughafen THF, rodado en Alemania), del coreano Kim Ki-duk (Human, Space, Time and Human), del documentalista congoleño Dieudo Hamadi (Kinshasa Makambo) y de los suizos Ursula Meier y Lionel Baier (Ondes de choc).
El Forum del Cine Joven –cuya denominación no se refiere necesariamente a una franja etaria sino a una idea de películas jóvenes de espíritu– también puso la vara alta y consiguió las últimas novedades de directores de primerísimo nivel, como el coreano Hong Sang-soo (Grass), el ucraniano Sergei Loznitsa (Victory Day), el rumano Corneliu Porumboiu (Fotbal Infinit), el canadiense Guy Maddin (Accidence), la francesa Claire Simon (Premières solitudes) y la austríaca Ruth Beckermann (Waldheims Walzer).
Por su parte, además de los Berlinale Classics, la sección que incluye versiones recién restauradas de films canónicos –Tokyo Boshoku (1957), del japonés Yasujiro Ozu y Das alte Gesetz (1923), del alemán E.A.Dupont destacan este año– las retrospectivas del festival son justamente famosas por su rigor y riqueza. La de este año se denomina Weimar Cinema Revisited y propone una mirada inusual sobre esos años de brasa (1918-1933) en la Alemania de la primera posguerra. La novedad que aporta esta revisión es que se aparta de aquellos títulos consagrados en la historia del cine para ir en busca de films olvidados o que se creían perdidos y que sin embargo tienen mucho para decir sobre un período crucial del cine y la sociedad alemana de esa época. El sólo hecho de que en el programa de la retrospectiva sea más que difícil reconocer títulos y directores ya es signo de que se trata de rarezas de ésas que no se encuentran cirujeando por Internet. Como siempre sucede en Berlín, el tiempo no sobra para todo lo que hay para ver.