El único imputado por el crimen de Paulina Lebbos, Roberto Gómez, declaró por primera vez en el juicio oral que investiga por encubrimiento del asesinato a funcionarios del ex gobernador de Tucumán, José Alperovich, y a la cúpula policial de su gestión. El acusado, quien usó el celular de la joven tres horas después de su desaparición, aseguró que ese día “festejaba el cumpleaños de mi abuela”, pese a que la familiar cumplía quince días antes. En la audiencia también declaró Bruno Sánchez, ex jefe de Policía de Tucumán.
Ayer a la mañana, al reanudarse el juicio –había pasado a un cuarto intermedio el jueves pasado– Gómez se presentó en el Tribunal de la sala III de la Cámara Penal de Tucumán. Ante los jueces Carlos Caramuti, Rafael Macoritto y Dante Ibáñez, el imputado por “privación ilegal de la libertad” y “homicidio” de Paulina Lebbos dijo que el día de la desaparición de la joven, él estaba con su familia “festejando el cumpleaños” de su abuela. Tan sólo unos pocos minutos después, el fiscal Carlos Sale salió al cruce: “A lo largo de la investigación se ha comprobado que Paulina desaparece a las 6.30 del 26 de febrero y ese día, a las 10, Gómez hace una consulta de saldo desde el celular de la víctima y a las 11.41 introduce el chip con su número personal”, indicó y agregó que “después introdujo otros 17 chips que todos se conectan con sus familiares”.
Luego fue el turno de Sánchez, quien al momento del asesinato era el jefe de Policía de Tucumán y seis años después fue nombrado asesor del Ministerio de Coordinación de acuerdo con el Boletín Oficial de la provincia. En la audiencia, el comisario retirado negó una complicidad policial para tapar el asesinato. “Ellos actúan así. Hablan algunos y niegan todos. Pero todos ellos forman parte de una asociación ilícita con el matrimonio (José) Alperovich y (Beatriz) Rojkés a la cabeza”, aseguró a PáginaI12 el padre de la víctima, Alberto Lebbos. “Después de doce años, lo único que les pido es que digan la verdad”, completó.