Con público de ambas parcialidades, Lanús y San Lorenzo empataron 2-2 en La Fortaleza granate, en el partido que significó la despedida de Miguel Almirón, que se va a jugar a la MLS estadounidense.
Los antecedentes –sobre todo aquella final que a mitad de año coronó al Grana campeón del fútbol argentino al derrotar al Ciclón por 4-0– hacían ilusionar con un encuentro atractivo. Y esas expectativas quedaron satisfechas prontamente, tanto que apenas habían insinuado sus planteos cuando Velázquez abrió el marcador. Hubo una infracción en tres cuartos de cancha que Mussis discutió con vehemencia ante el árbitro Vigliano, Barrientos se hizo cargo de la pelota y la puso con rosca en el segundo palo. Allí apareció el capitán de Lanús, a las espaldas de Díaz, para fusilar con la cabeza a Torrico. No se conformó el Granate y fue por más. Y pudo haberlo conseguirlo de no ser por el uno del Ciclón, que le tapó la definición a Sand, y por el travesaño, donde dio el cabezazo en anticipo que el nueve de Lanús metió a la salida de un corner.
Le costaba mucho el trámite al visitante, sobre todo por la velocidad con la que el local jugaba en el mediocampo. Los dirigidos por Jorge Almirón dominaban la franja central del terreno, y cuando se hacían de la pelota atacaban los espacios a las espaldas de los defensores del conjunto de Aguirre. Por eso Torrico trabajaba con intensidad para evitar el segundo, como lo hizo con su pierna derecha para desviar el remate de José Luis Gómez. Unos minutos antes, San Lorenzo había tenido su única opción clara, en la derecha de Belluschi.
A pesar de sus reiterados errores en las salidas, el último tramo de la primera etapa fue el mejor del equipo de Boedo. Pudo imponer condiciones en la mitad de la cancha y el balón empezó a pasar más seguido por los pies de Belluschi. A la salida de un lateral, el volante dejó sólo a Blandi con un pase en cortada, pero el goleador definió ancho. Y en el cierre de esa primera etapa, el arquero granate le tapó a Blanco la igualdad.
El arranque del complemento fue un calco de los primeros minutos del cotejo. Los delanteros locales apretaron el acelerador y volvieron a exponer las debilidades del fondo visitante. Por eso no extrañó que Lanús ampliara el marcador. La movieron rápido en un corner, Barrientos se metió en el área y sacó el derechazo que Belluschi paró interponiendo su mano. Penal inobjetable que Sand cambió por gol, cuando iban 53 minutos.
San Lorenzo estaba lejos de Lanús en el resultado pero también en el rendimiento. El último campeón jugaba tranquilo, esperaba agrupado en su campo y cuando conseguía la pelota, Almirón y Acosta hacían la diferencia con sus piques. Los hombres de Aguirre parecían entregados, golpeados anímicamente. Sin embargo, el ingresado Senesi capturó un rebote cerca del área granate y puso el centro que Cauteruccio conectó para marcar el descuento y darle vida al Ciclón.
Con ese gol comenzó otro partido, porque la visita acorraló en su campo al local, que con la salida del paraguayo Almirón se quedó sin su as de espadas, sin el hombre que con su habilidad y velocidad desequilibraba a todo el fondo sanlorencista. Fue una y otra vez San Lorenzo y llegó al empate, que marcó Cauteruccio tomando un rebote que dio Monetti tras un cabezazo a quemarropa de Belluschi.
Ninguno se conformaba con el punto. En esa búsqueda del triunfo, estuvo más cerca San Lorenzo, aunque Lanús tuvo sus chances de contragolpe. Pero el empate fue inmodificable y justo.