Tarde o temprano los orígenes siempre se cuelan por el camino de la creatividad. Las hermanas Sarmiento -Teresa, arquitecta y paisajista, y Alejandra, productora ejecutiva de TV- comenzaron con la marca propia reciclando madera de forma se podría decir que casual. Reusando descarte de la carpintería de Alejandro Sticotti (ex Net) para dar vida a juegos, adornos y accesorios en madera, hasta que aparecieron y sumaron los barcos. Un bello y profundo legado familiar.

–Tengo entendido que tienen abuelo astillero… ¿Cuál es el primer recuerdo?, ¿Qué vivencias tienen de una fábrica nada menos que de barcos?

–Sí, Belarmino Sarmiento, del astillero Sarmiento. Nuestros recuerdos tienen que ver con cuestiones sensoriales como el olor, las texturas y colores de la madera, la percepción en relación con los tamaños. Nos impactaba mucho el tamaño del astillero, de los barcos, las tablas de madera, lo alto de los andamios, los sonidos de las máquinas, la magnitud. También existía un mundo lúdico, como subirnos a las montañas de viruta, jugar con los perros que siempre estaban presentes, buscar pedazos de madera que nos sugirieran formas, armar cosas con los retazos sobrantes, clavar, lijar, usar algunas herramientas. Y por supuesto, lo afectivo es indisoluble de nuestros recuerdos: la oficina de nuestro abuelo, subiendo una escalera alta y empinada. Siempre desordenada, con mobiliario construido por él. Los planos colgados o abarrotados en cilindros, las manos de mi abuelo que le faltaban dedos porque se los había cortado trabajando, la lista de los barcos que había hecho escrita a mano en una pared. Nuestro abuelo, dándonos libertad para explorar, aprender, jugar, riéndose con nosotras, trabajando a la par de sus empleados, muy exigente, mirando y tocando al ras el casco de un barco. 

También era un capítulo aparte cada vez que se iba un barco terminado, ya que al haberse instalado inicialmente en la provincia de Buenos Aires y no en la costa, era muy dificultoso el traslado de los veleros desde éste punto hasta el agua. Por lo tanto, había que llamar a la policía, pedir corte de rutas y calles, correr cables aéreos de electricidad. Y todo el barrio salía a ver el espectáculo. 

–¿Cómo nace su Sarmiento? 

–De forma diríamos que casual. Tenemos una relación muy cercana con la marca Sticotti (ex Net). Teresa esta casada con Nicolás Tovo, socio de Alejandro Sticotti, fundador de la empresa. Solíamos visitar el taller y veíamos descartes de madera de primera calidad que no calificaban para la producción de sus muebles. En una primera instancia y teniendo en cuenta una necesidad lúdica de nuestros propios hijos, produjimos una edición limitada de 100 bolsas de bloques modulares de diferentes tipos de maderas autóctonas de descarte. Gustaron mucho y a partir de ahí entendimos que había un nicho en el que nosotras podemos hacer un producto único: no trabajamos con tornería ni acabados perfectos, no pintamos la madera. Nuestra premisa desde el inicio fue el disfrute de la madera cruda, natural. A partir de ahí, empezamos a investigar en el taller, el tipo de descarte, clasificarlo, cuantificarlo y ordenarlo. Por la relación que tenemos con la materia prima, ya conocíamos las posibilidades que la madera nos da. 

Muchos descartes ya tienen formas dadas por el corte de los muebles, son negativos de respaldos de sillas, como los cascos de los veleros, o recortes de bancos, como las velas de los mismos .Teresa es la diseñadora de la marca, la que propone un lenguaje estético y la que a través del uso de las redes sociales a modo de diario de diseño, la da a conocer. También se ocupa de la producción y construcción de los objetos. Y yo, me ocupo de todo el resto, desde la comercialización, trato con los clientes mayoristas y minoristas, contacto con entidades publicas y privadas, búsqueda de nuevos mercados, control financiero y económico de la marca. Ambas trabajamos en nuestras profesiones, estamos casadas y tenemos hijos chicos.

–¿Cómo nace la colección de barcos? ¿Tomaron las enseñanzas del abuelo?

–El velero fue el primero en producirse cien por ciento con madera de descarte con la lógica de construcción en bloque. Casco y velas ya estaban cortados y sólo debíamos llevarlos a una misma escala y medida. Propusimos un armado sugerido del barco, pero con infinitas posibilidades de composición por parte de los usuarios. Actualmente los producimos como objetos únicos, numerados, de edición limitada. Luego llegaron el Optimist, el Laser, el Buque Carguero, la Lancha y Barco Pesquero. Objetos de juego o de contemplación, más sofisticados. En paralelo, desarrollamos dos líneas más. La de hogar, con objetos como el calendario, el set de escritorio, los cofres con tapas de cerámica de tradición japonesa, y ediciones limitadas de bandejas; y la línea de juegos: abecedario, ta, te ti, bloques de madera, autito y recientemente el set de muebles para casa de muñecas. Éste último nació en el marco del programa Pymes e Innovación que nos otorgó el Ministerio de Producción y el Plan Nacional de Diseño. El plan nos permitió explorar e integrar métodos de producción tecnificados como el router CNC. Además, fuimos seleccionadas para participar en varias ferias internacionales, fuimos publicadas en ediciones nacionales e internacionales y comenzamos a vender en el exterior siendo Japón y USA los dos países con mas intercambio. 

–¿Qué planes para este 2018?

–Renovar nuestros medios de venta y comunicación, expandirnos al interior de Argentina y continuar trabajando con mercados extranjeros. Afianzar nuestra presencia en las ferias internacionales de diseño. En 2016 y 2017, concursamos y fuimos seleccionadas para formar parte de las comitivas de Argentina. Este año repetiremos la experiencia. Y comenzar un nuevo ciclo de alianzas estratégicas junto a diseñadores de renombre, que manejan materias primas diferentes a las nuestras, que creemos, va a dar que hablar.