River rescató un punto frente a Godoy Cruz anoche en el Monumental tras encontrarse rápidamente dos goles abajo en el marcador, en un partido donde el árbitro fue protagonista. Los autores del 2-2 fueron Juan Garro y Sebastián García para los mendocinos, mientras que Rodrigo Mora y Lucas Pratto marcaron para los locales.
Tras la pálida derrota ante Lanús, Marcelo Gallardo metió mano en el equipo. Cinco nuevos apellidos en la formación (Maidana, Zuculini, De la Cruz, Quintero y Mora) y los cuatro refuerzos llegados durante el receso, de entrada por primera vez. Pero poco duraron los nuevos aires. Ya a los veinte minutos, Godoy Cruz estaba 2-0 al frente. El primero del Tomba llegó, a los 12, gracias al fenomenal pase de espaldas y de primera del Morro García para Garro, que definió de zurda. Y luego, a los 24, Garro le devolvió el favor a su compañero de ataque. Interceptó un mal pase de Martínez Quarta, levantó la cabeza y se la dio al uruguayo (que se movió junto a la línea de fondo millonaria cuando ésta tiraba el offside) para que, frente al arquero, se tome su tiempo y se la pique cuando Armani estaba en el piso. De la mano de García y Garro, Godoy Cruz pasaba a ganar.
Claro que del otro lado estallaban las protestas contra el árbitro Jorge Baliño, quien cuando la cosa estaba 1-0 no consideró como falta una acción de Abecasis en el área cuando, persiguiendo a Pratto, lo tocó sin intención y lo derribó. Y para colmar la paciencia del local, en el segundo tanto del Tomba, García estaba un paso adelantado. Con el resultado en contra y los fallos arbitrales como un faro enceguecedor, River sacó la mirada del partido. Mientras, su rival se agrandó y se adueñó de la pelota.
Pero cuando se acercaba el entretiempo, el uruguayo Mora le dio el descuento a los suyos tras un gran pase de taco de Pratto dentro del área. Este fue el primer partido como titular del uruguayo desde el 10 de mayo de 2017 (frente a Emelec, por Copa Libertadores) tras estar varios meses apartado de la actividad debido a una operación en el fémur.
Gallardo cambió nuevamente las piezas en el entretiempo, sacó a Montiel, puso a Mayada, y mandó a su equipo a por el empate. Y en cinco minutos lo encontró. De la Cruz entró al área, tiró el pase atrás y Pratto sacó un disparo mordido que se desvió en dos defensores y descolocó a Burián. Con el 2-2, River se agrandó y el Tomba se apagó de a poco. La dupla García-Garro ya no se mostró tan aceitada como en la primera parte, mientras que del otro lado, a partir de un encendido Quintero (por algunos minutos) el público millonario se ilusionó. Pero en ilusiones murieron las intenciones del local, que gastó sus últimas energías en una nueva protesta contra Baliño, quien interpretó una jugada entre Maidana y Armani en el área como tiro libre indirecto para el Tomba.
Con la Libertadores en el horizonte (1º de marzo, frente a Flamengo), River sumó su tercer partido sin ganar en 2018 (un triunfo, un empate, dos derrotas) y, más importante, otro encuentro donde no jugó bien.