El gobierno realizará el próximo jueves una nueva audiencia pública para volver a aumentar las tarifas de gas en el Área Metropolitana de Buenos Aires a partir de abril. Las distribuidoras ya presentaron sus propuestas en el Ente Regulador del Gas (Enargas) con aumentos que van del 32,1 al 44,5 por ciento para los clientes de Metrogas y de 30,3 a 43,9 por ciento para los de Gas BAN. Si el gobierno aprueba sus solicitudes, en los últimos doce meses el precio que pagan los usuarios residenciales por el metro cúbico de gas, sin considerar la tarifa social ni los descuentos por ahorro, habrá subido hasta un 111,2 por ciento y desde el cambio de gobierno nada menos que un 1083,3 por ciento. Además, las empresas también solicitaron ajustar el valor del cargo fijo que se cobra independientemente del consumo de cada hogar. En ese caso el ajuste que reclaman llega al 36,3 por ciento y en un año treparía a 122,4 por ciento.
El nuevo cuadro tarifario propuesto por las distribuidoras ya contiene la actualización del precio del gas, el costo del transporte y la remuneración del servicio de distribución. Con los nuevos valores, si en el bimestre mayo-junio un cliente residencial de Metrogas de la categoría más baja (R1) consume 80 m3 pagará 130,69 pesos de cargo fijo y 454,4 pesos de cargo variable (80 m3 x 5,68 pesos). A esos 585,1 pesos se le debe sumar un 21 por ciento de IVA. Por lo tanto, la factura final sería de 708 pesos, sin contar otros impuestos menores. Ese usuario, en mayo-junio del año pasado pagó por el mismo consumo 58,75 pesos de cargo fijo y 215,2 pesos de cargo variable (80 m3 x 2,69 pesos). Una vez sumado el IVA, la factura final había sido de 331,5 pesos. Por lo tanto, el aumento interanual que tendrá que afrontar será de 113,6 por ciento, frente a una inflación que según el Indec en los últimos doce meses fue de 25 por ciento y aumentos salariales que promediaron un 27,5 por ciento.
A fines de 2015, ese mismo usuario con un consumo bimestral de 80 m3 pagaba 13,55 pesos de cargo fijo y 38,4 pesos de cargo variable (80 x 0,48 pesos), cifra que con el IVA llegaba a 62,80 por bimestre. Con los aumentos que ya se aplicaron y el que regirá a partir de abril, ese cliente habrá pasado a pagar 708 pesos, un 1027,4 por ciento más.
En el caso de un hogar de consumos medios, que promedia 200 m3 por bimestre (categoría R3-1), ahora va a tener que pagar 232,77 pesos de cargo fijo y 1585 pesos de cargo variable (200 x 7,93 pesos). Con el IVA suma 2200,7 pesos por bimestre. Hace un año pagaba 104,65 pesos de cargo fijo y 854 pesos de cargo variable (200 x 4,27 pesos), que junto al IVA sumaban 1162 pesos. El aumento en doce meses para esa familia será de 89,4 por ciento y desde diciembre de 2015 llegará al 756,9 por ciento (256,8 pesos versus 2200,7 pesos que pagará ahora).
El monto que se pagaba en 2015 era bajo respecto a otros bienes y servicios de la economía, pero el aumento viene siendo vertiginoso, aún luego del fallo de la Corte Suprema de Justicia que en agosto de 2016 le recomendó al gobierno que aplique un criterio de “razonabilidad” para llevar adelante su cronograma de subas.
Las tarifas de gas estuvieron prácticamente congeladas entre 2002 y 2015. Durante esos años, el peso de los servicios públicos dentro de la canasta básica de los hogares fue disminuyendo gradualmente y los usuarios comenzaron a gastar cada vez más dinero en otros bienes y servicios. Cuando Mauricio Macri asumió la presidencia en diciembre de 2015 se propuso como objetivo volver al escenario que reclamaban las empresas, pero el cronograma “gradual” de subas genera resistencias porque busca deshacer en cuatro años lo que se consolidó a lo largo de catorce.
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, está convencido de que este cronograma de aumentos es razonable y cuando desde la oposición lo cuestionan por los tarifazos suele responder que si tienen otro plan el camino es ganar las elecciones para poder ejecutarlo. El objetivo oficial es llegar a convalidar un precio de gas en boca de pozo de 6,80 dólares el millón de BTU en 2019 (ese precio implícito en la factura llegaría en abril de este año recién a 4,68 dólares). Ese número fue puesto por el Ejecutivo tomando como referencia el valor promedio al que Argentina importa combustible, pero incluso en el sector petrolero reconocen que con un precio del crudo por arriba de los 60 dólares, como en la actualidad, dentro de dos años se podrían desarrollar los recursos de gas que tiene el país con un precio promedio cercano a los 5,5 dólares por millón de BTU. Especialistas consultados por este diario coincidieron en varias ocasiones en destacar que probablemente en esta tapa de aprendizaje que supone explotar Vaca Muerta se requiera un precio mayor, pero el Estado ya viene contemplando esa situación y por eso se otorgan incentivos adicionales a través del Plan Gas desde la etapa kirchnerista.
A raíz de esta situación, algunos analistas remarcan que no es necesario comprometer al conjunto de los usuarios a pagar un gas implícito en sus facturas de 6,8 dólares en promedio a partir de 2019 porque, si todo sale bien, la curva de aprendizaje que vienen recorriendo las petroleras las va a llevar para entonces a ser más eficientes a partir de un mayor conocimiento de los yacimientos, un mejor diseño de los pozos y una consecuente baja de costos. En la audiencia pública que se llevará adelante el jueves en el Centro Metropolitano de Diseño el tema volverá a ser planteado por varios de los expositores, pero el ministro Aranguren no parece dispuesto a introducir cambios en su plan.