La mítica fábrica norteamericana de guitarras Gibson, fundada en 1894 en el estado de Michigan, podría declararse en quiebra. La compañía Gibson Guitar Corporation debe afrontar una deuda de 520 millones de dólares, una cifra que equivale a la mitad de los ingresos que obtiene por sus ventas a lo largo de todo un año (unos mil millones declarados). Las cosas no pintan bien en Gibson: el director financiero, que asumió hace menos de un año, renunció a su cargo. El canal de noticias financieras estadounidense CNBC titula el asunto como “una carrera contra el tiempo” para refinanciar la deuda y evitar la quiebra. Desde la empresa ya hablan de “reestructuración”. Quedan las guitarras.