PáginaI12 En Italia
Desde Roma
Entender el proceso electoral de Italia, que culminará con las elecciones parlamentarias del 4 de marzo, es hoy una tarea más difícil que otra veces. La nueva ley electoral, llena de barreras para evitar que una de las coaliciones pueda lograr la mayoría absoluta en el Parlamento y por ende gobernar el país, es una de las trabas. “Es una ley verdaderamente complicada. Yo, que empecé a hacer política a los 27 años y ahora tengo 70, tuve que leerla varias veces para entenderla”, reconoció ante los periodistas Emma Bonino, la candidata de Más Europa, aliada del Partido Democrático (PD) de Matteo Renzi.
Es que la Ley Electoral se ha transformado en una de las llaves de estas elecciones. Las otras llaves son los miles de migrantes que llegan cada año a las costas italianas y la crisis económica que comenzó en 2009 y de la que Italia todavía no termina de salir pese a haber mejorado.
Los políticos que entienden la ley, porque la crearon o la votaron en el Parlamento, tratan de sacar provecho apuntando sus esfuerzos a las áreas que les podrían producir más beneficios. Una buena parte de los electores, sin embargo, no tienen ni idea de cómo funciona, pese a que el Estado da explicaciones por televisión sobre cómo votar. Y éste ha sido un elemento más en la confusión reinante entre los electores. Según las últimas encuestas electorales de la empresa Demos realizadas para el diario La Repubblica de Roma, el 45% de los electores todavía no sabe a quién votar.
Pero veamos a este punto qué dicen las encuestas sobre los partidos o coaliciones que compiten en la Cámara de Diputados donde deberán ser elegidos 630 diputados y donde hasta ahora tenía la mayoría el PD y sus aliados. Son tres las grandes coaliciones que competirán en estas elecciones además de otras formaciones pequeñas. La encuesta colocó en primer lugar al Movimiento Cinco Estrellas (M5S)de Beppe Grillo, pese a que el fundador acaba de separarse del portal de internet del Movimiento, creando uno para sí, hecho que ha sido interpretado como el producto de diferencias internas. En segundo lugar estaría el PD con el 21,9% de votos y en tercero, Forza Italia de Silvio Berlusconi, con el 16,3%.
Pero si así están las cosas, ninguno de estos partidos podría gobernar por sí solo y necesitaría aliarse con otros para conseguir la mayoría parlamentaria. El M5S dice -hasta ahora porque las cosas pueden cambiar cuando se sepan los verdaderos resultados electorales- que no se aliará con nadie. El PD en cambio ya está aliado, entre otros, con Más Europa de Emma Bonino, que según las encuestas podría obtener un 3,5% de los votos. En total esta alianza conseguiría el 25,4%. Falta ver la decisión de los ex-PD que integran ahora un nuevo partido, Libres e Iguales, liderado por el presidente del Senado, Pietro Grasso, y la presidenta de la Cámara, Laura Boldrini. Se estima que Libres e Iguales alcanzaría el 6%. Emma Bonino, que ha sido parlamentaria en Italia y en la Unión Europea, que fue además ministra de Exteriores en 2013-2014, y ha salido recientemente de una dura lucha contra un cáncer, se perfila como una de las candidatas favoritas dentro de la alianza PD lo mismo que el actual primer ministro Paolo Gentiloni. No así el secretario del PD, Matteo Renzi, muy criticado por su arrogancia.
El problema serio podría presentarse si avanza la derecha. Forza Italia (Berlusconi no puede ser candidato por problemas legales), que podría obtener el 16,3% de los votos según la encuesta, ha ya establecido una alianza con los ultraderechistas de Liga Norte (LN) (13,2%) y Fratelli d’Italia (4,8%). En total la derecha podría llegar a conseguir el 34,3% de los votos y aunque eso no le daría la mayoría en el Parlamento, podría ser la coalición designada para formar el gobierno. Según la Constitución italiana el Presidente de la Republica encarga la formación del gobierno al partido o alianza mayoritaria.
También tienen su influencia en estas previsiones los venenos que los partidos hacen circular, unos contra otros. Por ejemplo, el escándalo del dinero no restituido de parte de los parlamentarios del M5S. El M5S siempre ha enarbolado la bandera de su honestidad. Desde el principio estableció que sus parlamentarios debían ceder la mitad del salario y todos los reembolsos de gastos no usados a un fondo de microcrédito para empresas que administra el Ministerio de Economía. Pero hace pocos días salió a relucir que 8 de sus parlamentarios -algunos medios hablan de 12- no cumplieron esta norma. Luigi di Maio, el joven (31 años) candidato a primer ministro del M5S, que expulsó del movimiento a los acusados, se defiende diciendo que de todas maneras aportaron más de 23 millones de euros al fondo del microcrédito.
Inmigrantes y crisis económica
Y si este país se inclina hacia la derecha, como ha ocurrido en el último año en varias naciones de Europa como Austria, Francia, Alemania, donde los partidos conservadores han avanzado considerablemente, el tema inmigrantes será el primero en la lista de las cosas prioritarias. Según la Liga Norte, racista y discriminadora, los migrantes prácticamente serían los responsables de la violencia que hay en el país, cosa que por supuesto no es verdad. “Hay que expulsar a todos los clandestinos mejorando los acuerdos que hay o haciendo nuevos acuerdos con los países que nos mandan los delincuentes”, declaró recientemente Matteo Salvini, el líder de LN, que pretende ser primer ministro si gana la derecha.
La llegada de migrantes, sobre todo de Africa y Medio Oriente, ha alcanzado niveles increíbles pero difícilmente podría ser controlada por un sólo país europeo. Europa ha propuesto varias cosas, pero muchos países rechazan la ayuda a los países de desembarque como son Italia, Grecia y España.
En 2017 (de enero a noviembre) llegaron a Italia poco más de 116.000 migrantes según la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados. En enero de 2018 fueron 4.158. Y la tragedia no sólo pasa porque llegan desesperados, escapando de guerras o del hambre y luego de haber pasado por las manos de los traficantes que los maltratan y esclavizan, sino que mucho de ellos mueren en el mar intentando atravesar el Mediterráneo desde Libia, Egipto, Túnez. Según la Organización Mundial para las Migraciones (OIM) unas 3.000 personas murieron en el mar en 2017. En los que va del 2018 se contaron al menos 404 muertos, muchos de ellos niños. Una vez en Italia, como individuos sin documentos y de hecho ilegales, hacen cualquier cosa para sobrevivir, trabajan en los campos de cultivos casi como esclavos, o como vendedores ambulantes de productos falsificados e incluso de droga. Pero los que controlan esos tráficos son todos italianos, no inmigrantes.
El otro tema agudo es la crisis económica. La situación ha mejorado en los últimos tiempos, tanto a nivel del empleo (la tasa de desempleo gira en torno al 11% y el desempleo juvenil al 34%) como del Producto Interno Bruto (PIB). Pero todavía queda mucho por hacer. Según el ministro de Economía, Pier Carlo Padoan, el crecimiento del PIB fue del 1,5% en el 2017 y será igual en 2018. En relación a la deuda pública, las cifras son impresionantes. Italia tiene una deuda pública de 2,25 billones de euros lo que equivale aproximadamente al 131,6% del PIB. Se espera que en 2018 esta relación descienda al 129,9% pero para eso hay que contener los gastos del Estado.
Todas estas cifras ponen en duda algunas de las promesas electorales de los partidos, que aseguran reformas y mejoras a diestra y siniestra. Berlusconi, por ejemplo, prometió anular el impuesto inmobiliario, una pensión de 1.000 euros para todas las madres de Italia y expulsar a 600.000 inmigrantes. El M5S puso el acento sobre el desarrollo de la industria media y pequeña italiana y sus conexiones con el exterior. El PD por su parte, elaboró un folleto en el que incluyó las 100 cosas hechas por su gobierno y las 100 por hacer. Entre estas últimas el salario mínimo obligatorio, inversiones en África para contener las migraciones, igualdad de salario hombre-mujer, bajar la desocupación adulta al 9% y la juvenil al 20% y conseguir un crecimiento superior del PIB al 2%.