Los trabajadores del sector bancario realizaron ayer una jornada de paro de actividades que continuará hoy. La medida de fuerza se da en el marco de las negociaciones salariales ante la propuesta de las empresas de otorgar una suba de apenas 9 por ciento. El gremio también denunció que el Ministerio de Trabajo suspendió la comisión paritaria y desplegó “medidas extorsivas” para inclinar la cancha de la negociación en beneficio de la patronal. Los bancarios sostienen que en definitiva están negociando con el Gobierno.
La paritaria de los bancarios, junto a los docentes bonaerenses del Suteba, constituye una instancia central del proceso de paritarias 2018. Si bien varios gremios chicos junto a Obras Sanitarias acordaron subas en línea con la pauta oficial del 15 por ciento, bancarios y docentes marcarán una referencia más importante para el resto del abanico sindical. El único gremio fuerte que cerró la negociación, el de Obras Sanitarias que dirige José Luis Lingeri, presentó un acuerdo del 15 por ciento al que se suma un 2,8 por ciento adicional para recomponer la caída del salario en 2017.
“Soy consciente de que una medida de fuerza afecta a la ciudadanía, pero no quedó otro camino. Días atrás mantuvimos una reunión con los banqueros para que nos dieran un adelanto y ellos en principio habían accedido. Pero luego nos dijeron que no porque aparentemente los había llamado el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, para decirles que era inviable el adelanto y que había que cerrar la paritaria”, dijo ayer el secretario general de La Bancaria, Sergio Palazzo, en declaraciones radiales.
La negociación paritaria de los bancarios está empantanada porque las empresas ofrecen un aumento del 9 por ciento con una cláusula de ajuste por inflación que se comenzaría a cobrar una vez que los precios avancen por encima del 9 por ciento sin retroactividad. En cambio, el gremio quiere partir de un porcentaje acorde con la realidad. Proponen utilizar el 19,4 por ciento que publicó el propio Banco Central en su informe de Relevamiento de las Expectativas del Mercado (REM). Además, quiere agregar una cláusula gatillo para que el salario no se retrase frente a la inflación con retroactividad al 1º de enero, fecha de inicio de vigencia del convenio laboral bancario, tal como se acordó en 2017. Por otro lado, el gremio asegura que las patronales se niegan a pagar el bono de fin de año que “hace diez años” se abona y tampoco una parte del Día del Bancario. La Bancaria advierte que en un sueldo inicial la diferencia entre lo que ofrecen los bancos y lo que pide el gremio (que está en línea con el acuerdo 2017) es de 35.910 pesos y para un sueldo promedio de 50 mil pesos, la diferencia en contra del trabajador en el año es de 63.070 pesos.
“La actividad de los bancos hoy –por ayer– fue prácticamente nula en todo el país, en el inicio de un paro nacional de 48 horas, con una adhesión del 94 por ciento”, difundió La Bancaria en un comunicado. “La extensión de la medida de fuerza es una respuesta a la decisión oficial de suspender la comisión paritaria y la aplicación de medidas extorsivas por parte de funcionarios laborales”, agregó. El nivel de acatamiento fue superior en las zonas céntricas, mientras que la banca electrónica funcionó normalmente. En tanto, los bancos salieron a aclarar que no hubo faltantes de billetes. La medida prosigue hoy y también habrá impacto pasado mañana, ya que La Bancaria adhirió a la movilización organizada por Hugo Moyano en reclamo contra la política económica del Gobierno.
Uno de los argumentos principales de los bancarios para sostener su reclamo gremial es que las patronales del sector están entre las más privilegiadas del modelo económico de Cambiemos. Según los datos del Banco Central, el año pasado los bancos ganaron 85.930 millones de pesos. La rentabilidad bancaria está relacionada al negocio de la bicicleta financiera que aceita el BCRA a partir de las altas tasas de interés y el retraso relativo del dólar. También el fuerte grado de emisión de deuda externa e interna tiene a los bancos como actores privilegiados. Los créditos hipotecarios UVA, que cuentan con un seguro de inflación a favor de los bancos, fue otro negocio jugoso el año pasado. En cambio, los créditos bancarios son prácticamente prohibitivos para las pymes industriales.