La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó ayer la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de mantener abierta la prisión militar estadounidense de Guantánamo (foto), en Cuba, creada tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, penal que nunca pudo ser inspeccionado por representantes del organismo por las reiteradas negativas de Washington.
“La Comisión reitera su llamado urgente a los Estados Unidos para el cierre inmediato de las instalaciones de la Base Naval en la bahía de Guantánamo”, manifestó la CIDH en un comunicado de “condena” de la decisión anunciada por Trump en el discurso sobre el estado de la Unión, el 30 de enero pasado. Su antecesor en el cargo, el demócrata Barack Obama, prometió el cierre pero no pudo concretarlo, entre otras motivos, por los límites que le impuso el Congreso y los problemas para que otros países aceptaran recibir a presos de Guantánamo, capturados por Estados Unidos fuera de su territorio y definidos como “combatientes enemigos”.
La prisión en Cuba llegó a albergar a cientos de prisioneros, quienes quedaron bajo un limbo legal, sin juicio alguno. Ahora mismo hay 41 detenidos, entre ellos Jalid Sheij Mohammed, presunto responsable de los atentados del 11-S y cuyo proceso se encuentra paralizado desde hace años. “La continua detención indefinida de personas en Guantánamo sin el debido proceso es arbitraria y constituye una clara violación a normas internacionales”, manifestó el presidente de la CIDH, Francisco José Eguiguren.
La CIDH, organismo autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA) y que vela por el cumplimiento de los derechos humanos en el continente, solicitó repetidamente autorización a Estados Unidos para visitar las instalaciones pero todas sus peticiones -en 2007, 2011, 2013 y 2015- fueron denegadas. Desde 2013, el organismo recomendó sin éxito el cierre inmediato de la cárcel de Guantánamo. “El anuncio de la reciente Orden Ejecutiva de Trump representa la clara intención del Estado de incumplir estas medidas”, señaló en su comunicado, que también reflejó el temor a que en el futuro sean llevados allí más detenidos.
La CIDH fue el primer organismo internacional que llamó a Estados Unidos a respetar los derechos básicos de los detenidos, solo dos meses después de que llegaran a Guantánamo los primeros presos en 2002. En 2005, publicó un informe bajo el título “Hacia el cierre de Guantánamo”. “Ya hace mucho tiempo que Estados Unidos debía cerrar las instalaciones de Guantánamo, las cuales se volvieron un símbolo de abuso alrededor del mundo y socavaron los llamados de Estados Unidos a otros países para respetar los derechos humanos”, manifestó Eguiguren.