"Soy inocente. En diciembre unos policías me dijeron que les tenía que dar 50 mil pesos porque me iban a arruinar la vida", dijo ayer Enrique Solís, alias Cable, tras ser imputado como coautor de dos muertes y una tentativa contra integrantes de la familia Funes. El juez Carlos Leiva ordenó la prisión preventiva del acusado, que pidió ser alojado en la Unidad 3, ya que manifestó temor por su vida y la de su familia. Según relatos que leyó en la audiencia el fiscal Adrián Spelta, testigos señalan al acusado como un "sicario que trabaja para los Caminos", la familia que está enfrentada a la banda de Los Funes. Spelta le achacó la coautoría de los homicidios de Ulises y Jonatan Funes ‑a quienes dijo no conocer‑, perpetrados en las últimas semanas; y también el ataque contra el padre de estos, que lo sindicó directamente como uno de los tiradores.
El fiscal Spelta le achacó delitos por orden cronológico al imputado, que para cada caso tuvo una respuesta para intentar desligarse y manifestó temor en reiteradas oportunidades. "Haber intentado darle muerte a Jorge Funes con disparos, a las 20.30 del 1º de enero, en su casa de Alvear", fue la primera acusación. Entre las evidencias, el fiscal mencionó la declaración de propio sobreviviente. "Estaba con mi hijo de cuatro años en el patio y vi pasar un Fiat Siena gris, lentamente. Entré y traté de mirar si volvían a pasar; ahí se bajaron y dos empezaron a disparar. Reconocí a Cable, con quien estuve preso en el 2001", leyó el fiscal, que contabilizó unas 32 vainas de diferentes calibres.
"Yo estaba en el cumpleaños de mi ahijada, porque ese día nos levantamos como a las dos de la tarde. Estábamos parando en la casa de mi primo después de las amenazas", se defendió. También hizo una extensa explicación de cómo ocurrió aquel amedrentamiento por el que acusó ‑y denunció‑ a un policía de la seccional 15ª. Según dijo, hubo una persecución y cuando él paró su auto, asustado, lo subieron a otro y le pidieron el dinero. "Estuve secuestrado", dijo sobre el episodio. Además, agregó que estuvo trabajando para un estudio de abogados que se dedica a temas de accidentes laborales y de tránsito. "Era cadete, empleado", dijo sobre la forma en que sostenía a su familia hasta que le dijeron que se buscara otra cosa, porque no había ingresos.
El fiscal le imputó también la autoría del homicidio de Ulises Funes, perpetrado el 7 de enero, alrededor de las 20. "Usted se presentó en un Siena gris con otras dos personas y le tiraron", le achacó. Al menos tres testigos hablaron del hecho por el que Ulises quedó "tirado en el pasillo, con la cabeza ensangrentada". Una testigo de identidad reservada dijo reconocer a Cable como uno de los tiradores, que "viajaba en el asiento de atrás", y lo mencionó como "sicario que trabaja para los Caminos".
"Eso fue un domingo y nosotros estábamos en el campo de mi abuelo, en Villa Amelia. Volvimos a eso de las 20 y yo salí a comprar pan porque se armó una picada en la casa de mi tía. Pasé con el auto por la puerta de las TOE, pidan las cámaras. Yo no conozco a Ulises ni a Jonatan Funes", aseguró.
Finalmente, Spelta le imputó el crimen de Jonatan, perpetrado a la salida de la cárcel de Piñero, el 5 de febrero pasado, cuando éste venía de visitar a sus hermanos presos. En ese hecho, el fiscal dijo que también se busca al jefe de la barrabrava de Newell's, Emiliano "Jija" A., quien permanece prófugo. A Cable lo acusó de conducir el auto en el que viajaba Jija y otra persona que no está identificada. "Fue un plan criminal", dijo; e imputó a Cable como coautor porque considera que hubo premeditación de dos o más personas. "Tenían un dato preciso", dijo Spelta, ya que los hermanos Funes eran visitados en días y horarios especiales, por cuestiones de seguridad. Luego, dijo que "prendieron fuego" la Ford EcoSport que se usó en el hecho. Jija está sindicado como uno de los tiradores, junto al otro buscado. "Cuando Jonatan se bajó del auto, (Jija) lo corrió a los tiros", declaró otro testigo en resguardo, que también sindicó a Cable.
El imputado quiso desvincularse de Jija, dijo no conocerlo y aseguró que él es hincha de Central. Para su abogada, Romina Bedetti, las acusaciones que le hicieron están directamente relacionadas con las amenazas policiales que denunciaron en Asuntos Internos: "Le dijeron que le iban a arruinar la vida, y acá está".
La madre del imputado salió descompuesta de la sala. "No quiero terminar como Marcela Díaz, no quiero morirme", gritaba, en relación al crimen de la mujer que era amiga de Solís y por cuya muerte está sindicado Alan Funes, con su novia.