La justicia bonaerense condenó a Cristian Héctor Perrone, de 45 años, a prisión perpetua por la violación y asesinato de una joven, con la que mantuvo una relación, y de una adolescente, cometidos el 6 de mayo del año pasado en Ramos Mejía, partido de La Matanza. Además, el Tribunal ordenó poner en conocimiento al procurador General bonaerense, Julio Conte Grand, para que informe sobre el desarrollo de una causa por abuso sexual de la hija de la ex pareja de Perrone, iniciada un año antes del doble femicidio. Según el abogado querellante, Damián Pérez, “si hubiese estado preso por ese hecho, esto de Ramos Mejía no hubiese sucedido”, “estuvo un año sin que la Justicia lo buscara como se debería”, remarcó el letrado.
El Tribunal Oral Criminal (TOC) 3 de La Matanza encontró a Perrone responsable de los delitos de “homicidio agravado por el vínculo”, “abuso sexual con acceso carnal seguido de muerte y robo simple”, de los que fueron víctimas María Soledad Ramos, de 26 años, con quien había mantenido una relación, y Florencia Mariezcurrena, de 14.
En su veredicto, los jueces Diana Volpicina, Alberto Saibene y Gustavo Navarrine coincidieron con el pedido de condena requerido en los alegatos por el fiscal Alfredo Luppino y el abogado Pérez.
Los magistrados dispusieron que el procurador General bonaerense informe sobre la causa iniciada contra Perrone en 2015 ante la justicia de Lomas de Zamora, cuando fue denunciado por su ex pareja de abusar sexualmente de su hija de entonces 11 años.
En este sentido, Pérez, que representa a la familia de Florencia, sostuvo que la decisión de los jueces era importante porque “hubo pericias que comprobaron el abuso y este hombre estuvo un año sin que la justicia lo buscara”.
En la misma dirección apuntó José Carbone, padrastro de Florencia, quien afirmó que Perrone “estaba acusado de violar” y “si la justicia lo hubiese detenido en ese entonces no habría matado a Flor y a Sole”. De todas formas, Carbone se mostró conforme con el fallo y sostuvo que Perrone “ahora va a estar toda la vida preso y no va a salir más. Es lo único que nos queda a (su esposa) Soledad y a mí... Florencia no está”.
Por su parte, Mario Ramos, padre de María Soledad, manifestó: “Siento un dolor grande porque es algo muy feo enterrar a una hija pero gracias a Dios hoy descansa en paz”, agregó.
Durante el juicio, las pruebas más importantes contra Perrone fueron el semen en un preservativo usado y ensangrentado hallado en el galpón donde estaban los cadáveres, y el relato de varios testigos que lo vieron salir del lugar.
Perrone, que llegó al juicio detenido en la UP 43 de González Catán, no se presentó en la audiencia para conocer el veredicto, aunque envió una nota a través de su defensor en la que justificó su ausencia por sentirse “mal y descompuesto”.
El hecho se descubrió el 7 de mayo de 2017, en un galpón en avenida de Mayo 2080, Ramos Mejía, donde Perrone trabajaba de sereno.
En el lugar vivía María Soledad junto a sus hijos, quienes se encontraban en la escuela. Florencia había ido de visita. Alertada por las autoridades escolares, ya que Ramos no había ido a retirar a sus hijos, la policía acudió al galpón y encontró los cadáveres de ambas mujeres, quienes habían sido atadas, violadas y estranguladas con un cable.