“¿Cómo hago para resumir en pocas palabras tantas maniobras de encubrimiento a lo largo de 12 años?”. Alberto Lebbos, padre de Paulina Lebbos, realizó una larga declaración testimonial ante los jueces de la Sala III de la Cámara Penal de Tucumán, en el juicio oral por el homicidio de su hija, ocurrido en 2006, pero igual consideró que el tiempo no le alcanzó para relatar la odisea vivida en busca de justicia. Como se esperaba, Lebbos hizo centro en la trama institucional del encubrimiento, durante la gestión del ex gobernador José Alperovich, y dejó en un segundo plano la autoría material del homicidio, que tiene como único imputado a Roberto Luis Gómez, aunque se sospecha que no actuó solo. Lebbos puso el énfasis sobre el accionar de los cinco funcionarios políticos y policiales que están imputados por el encubrimiento, al tiempo que amplió la lista incorporando otros nombres que señaló como sospechosos y tuvo duros conceptos sobre César Soto, novio de Paulina en el momento del crimen.
En su exposición ante los jueces Carlos Caramuti, Rafael Macoritto y Dante Ibáñez, el padre de la víctima reiteró sus críticas al segundo fiscal que tuvo la causa, Carlos Albaca, de quien dijo que “ahora está acusado de 11 delitos, luego de haber congelado la investigación durante siete años, al punto que el fiscal (Diego) López Ávila en un año hizo lo que Albaca no hizo en esos siete años”. Lebbos apuntó hacia “las cúpulas policiales” que acompañaron la gestión de Alperovich y contra “funcionarios de gobierno” de ese momento, a los que señaló como responsables de “la trama de encubrimiento” que, al menos en forma parcial, se intenta dilucidar en el juicio oral que se extenderá durante buena parte del año.
“No quiero venganza, sólo pido justicia”, dijo Lebbos y aunque mirando a los jueces, se refirió luego a los defensores de los seis imputados: “Sólo les pido que no digan que se solidarizan conmigo o que me tienen pena por lo que le pasó a mi hija”. Ante una pregunta del fiscal del juicio, Carlos Sale, sobre el 26 de febrero de 2006, día en que desapareció Paulina, el testigo recordó que estaba trabajando en la Casa de Gobierno, dado que en ese momento era subsecretario de Juventud del gobierno de Alperovich. En la tarde de ese día recibió un llamado desde su vivienda en el que le avisaron que su hija “no había vuelto al mediodía”, como estaba previsto.
La noche anterior, la joven había salido junto con su amiga Virginia Mercado a festejar que había aprobado una materia de la carrera Ciencias de la Comunicación. “Fui a la casa de Mercado a preguntarle si sabía algo, ella me contó que con Paulina y un grupo de amigos fueron a festejar a un boliche ubicado en la zona del Abasto y alrededor de las seis y media ambas tomaron en un remís que a ella la dejó en su casa y a mi hija la llevó hasta la casa de César Soto”, pareja de la víctima. Soto aseguró que la joven nunca llegó a destino. “Muy tranquilo me dijo que no sabía nada” sobre el paradero de Paulina.
Desde ese momento recorrió hospitales y como la joven seguía sin aparecer “decidí hacer la denuncia” en la Unidad Regional Capital, pero al ver que no buscaban a su hija recurrió también a la Brigada. “Todo era un desorden, no dieron aviso a la policía fronteriza, no llamaban a declarar ni a Soto ni a Mercado, no difundían el identikit que Mercado hizo del remisero que las llevó esa noche, no buscaban a mi hija, algo raro pasaba”, sostuvo Lebbos ante los integrantes del Tribunal. “Sólo buscaban autos para encontrar el remís bordó en el que había subido Paulina, todo estaba armado”. Luego recordó que el 11 de marzo recibió un llamado del fiscal Alejandro Noguera, quien le informó que habían encontrado un cuerpo a la vera de la Ruta 341, en Tapia.
“Llegué al lugar del hallazgo antes de las veinte, todavía era de día. Me sorprendió la cantidad de personas que había y el gran despliegue policial”, ya que se encontraban Hugo Raúl Sánchez , Nicolás Barrera, Héctor Rubén Brito y Eduardo Di Lella, todos ex funcionarios actualmente imputados en el juicio por el encubrimiento. Lebbos indicó que también estaban presentes el ex comisario Enrique García, quien luego fue condenado por fraguar las actas del hallazgo del cuerpo, además del fiscal Noguera.
“Sánchez me dijo ese día que después de un intenso rastrillaje en la zona la policía encontró un cuerpo. Me acerqué al cuerpo, lo primero que vi fue su codo y supe que era Paulina.” Con posterioridad, esa primera versión policial fue desmentida, dado que el cadáver había sido encontrado por dos hombres que avisaron a las autoridades. “Al ver que la policía no hacía nada solicité la intervención de la Gendarmería Nacional, que el 5 de abril hizo una reconstrucción del hallazgo del cuerpo y quedó comprobado todo el entramado de encubrimiento por parte de las cúpulas policiales y funcionarios del gobierno”. Durante todo el testimonio, Lebbos insistió en que quiere “que se haga justicia luego de tantos años de mentiras y de maniobras para que no se sepa la verdad”. En ese sentido le apuntó al ex gobernador y actual senador José Alperovich, quien “en lugar de separar de sus cargos a los encubridores, los protegió y ascendió”.