Miles de estudiantes estadounidenses se concentraron ayer en Tallahassee, la capital de Florida, para reclamar a los legisladores mayores restricciones a la venta de armas. Entre los concurrentes se encontraban sobrevivientes de la reciente masacre que dejó 17 muertos en una escuela secundaria. Sin embargo, los representantes de Florida rechazaron debatir el tema. En medio de estas protestas, el presidente Donald Trump recibió en la Casa Blanca a sobrevivientes y familiares de víctimas de este tipo de masacres y propuso armar a los profesores como una forma de prevenir estos hechos (ver aparte).
Con carteles que decían “Nunca Más” y “Sean Adultos, Hagan Algo”, alumnos de la escuela Marjory Stoneman Douglas, apoyados por miles de personas, se manifestaron frente al edificio de la Legislatura de Florida, en Tallahassee. “Estoy aquí para exigir un cambio a mi gobierno”, dijo el estudiante Lorenzo Prado en un discurso ante la multitud en el que recordó entre sollozos a los 14 estudiantes y tres miembros del personal de la escuela muertos en el tiroteo de la semana pasada en la ciudad de Parkland, en el sur de Florida. “Dejar que las vidas de esas víctimas sean arrancadas sin un cambio es un acto de traición a nuestro país”, agregó Prado.
En muestra de solidaridad, miles de estudiantes de secundarias de Florida y otros estados del país abandonaron sus clases en masa en señal de protesta, con la meta de lograr que la matanza se convierta en una gran punto de inflexión en el estancado debate sobre la necesidad de controlar la venta y la tenencia de armas. En Florida, más de 100 estudiantes de Stoneman Douglas viajaron ocho horas en tres colectivos hasta Tallahassee, en el norte del estado, a 600 kilómetros, para celebrar ayer reuniones con más de 70 legisladores de ambos partidos y demandarles medidas de control de armas. Tras las reuniones matinales, unos 3.000 estudiantes, activistas y políticos, vestidos con camiseta negras con los mensajes de “Parkland Strong” (Parkland Fuerte), se manifestaron luego frente a la Legislatura de Tallahassee con carteles en los que se leía “No en vano los 17”, y “Ya basta”.
Con discursos contundentes, los estudiantes responsabilizaron de la masacre en la escuela de Parkland directamente a la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el poderoso grupo de presión que se opone a los límites en el derecho a la portación de armas, y a los políticos que reciben sus donaciones. Los jóvenes llamaron a los habitantes de Florida a votar en contra de esos políticos en las elecciones legislativas nacionales de noviembre próximo. David Hogg, una de las voces más visibles del nuevo movimiento, llamado NuncaMás (NeverAgain), aseguró que existen intereses económicos y políticos que intentan frenar y desacreditar su campaña porque, dijo, ellos realmente están haciendo algo.
En Washington también hubo manifestaciones. Cientos de alumnos de escuelas secundarias se congregaron frente a la Casa Blanca y cantaron consignas contra la NRA y para exigir de medidas al presidente Donald Trump. Presionado por la conmoción que provocó el tiroteo, Trump, quien recibió donaciones por 30 millones de dólares de la NRA para su campaña electoral, dio esta semana un giro al mostrar su disposición a adoptar al menos algunas medidas de control de armas. Así, el martes apoyó la iniciativa para prohibir la venta de dispositivos que pueden colocarse en las armas semiautomáticas para que disparen más rápido.
Los llamados para prohibir esos accesorios se multiplicaron luego de que un contador jubilado, Stephen Paddock, los usara en varios de los fusiles con los que mató a 58 asistentes a un concierto callejero en Las Vegas en octubre de 2017, en el tiroteo masivo más letal de la historia moderna del país. Aunque Nikolas Cruz, de 19 años, quien perpetró la matanza del 14 de febrero en la escuela de Florida, no adosó esos dispositivos a su fusil, la idea de prohibirlos ha ganado tracción porque es un punto en el que, curiosamente, están de acuerdo tanto los republicanos, el partido de Trump, como la oposición demócrata y hasta la NRA.
La campaña de los adolescentes en Florida chocó ayer con un obstáculo luego de que la Cámara de Representantes de ese estado, se negara a debatir una ley que prohíba las armas de asalto y cargadores con gran capacidad de municiones. La gobernación y la Asamblea Legislativa estatal están desde 1999 en manos del Partido Republicano, cuyos miembros en general se oponen a cualquier tipo de restricción a las armas. En 2011 el gobernador republicano, Rick Scott, promulgó una ley que prohibía a las ciudades y condados regular las ventas de armas y municiones. El debate sobre las armas también está empantanado en el Congreso estadounidense, donde no se ha tomado ninguna medida desde el tiroteo de Las Vegas.
Los estudiantes organizados han convocado a una gran marcha nacional con epicentro en Washington el mes que viene, y ayer recibieron 2 millones en donaciones de las estrellas de Hollywood George Clooney, Oprah Winfrey, el director Steven Spielberg y el productor cinematográfico Jeffrey Katzenberg. La “Marcha de Nuestras Vidas” está prevista para el 24 de marzo en la capital del país, con manifestaciones similares en otras ciudades.