La balanza comercial registró en enero un déficit de 986 millones de dólares, según informó ayer el Indec. Las exportaciones treparon 10,7 por ciento en términos interanuales por una mejora de 5,9 por ciento en precios y 4,6 por ciento en cantidades, mientras que las importaciones se dispararon un 32,1 por ciento, apuntaladas por una suba de 4,6 por ciento en precios y 26,2 por ciento en cantidades. En el presupuesto de 2017 el gobierno había estimado un déficit comercial de 1866 millones que terminó siendo de 8471 millones, un 353,9 por ciento más. Para este año el rojo proyectado es de 5600 millones y en sólo un mes ya sumó casi mil millones contra 51 millones de dólares del mismo mes de 2017. Esta situación hace prever un desequilibrio que, una vez más, estará por encima del cálculo oficial. Las consultoras Radar y Ecolatina estimaron ayer que el déficit comercial anual estará en torno a los 10.000 millones de dólares.
En lo que refiere a las exportaciones, las manufacturas de origen industrial fueron el rubro de mejor desempeño al crecer 29,6 por ciento por una mejora de precios (+13,9 por ciento) y cantidades (+13,7 por ciento). Entre los bienes que aportaron más de 100 millones de dólares, se destacaron las subas de productos químicos y conexos con 418 millones (+47,2 por ciento), piedras, metales preciosos y sus manufacturas con 263 millones (+42,2), metales comunes y sus manufacturas con 170 millones (+45,3) y material de transporte terrestre con 325 millones (15,7 por ciento).
Otro rubro de buen desempeño fue la venta de productos agropecuarios que aumentó 12,4 por ciento con respecto a enero del año pasado debido a una mejora de 13,3 por ciento en las cantidades comercializadas que compensó una caída de 0,7 por ciento en precios. Ese rubro aportó 1206 millones de dólares, el 25,4 por ciento de las ventas al exterior. Sobresalieron las ventas de cereales, que sumaron 859 millones con un crecimiento interanual de 29,8 por ciento, y de pescados y mariscos sin procesar que crecieron un 29,4 por ciento, aunque con un aporte menor en términos absolutos de 141 millones de dólares. El aumento de las exportaciones de productos primarios no fue mayor porque se registraron caídas en una serie de productos de menor peso, pero que en conjunto operaron como un freno a las expansión. Fue el caso de las ventas de hortalizas y legumbres sin elaborar (-10,6 por ciento), semillas y oleaginosas (-50 por ciento), tabaco sin elaborar (-52,9 por ciento), fibras de algodón (-57,1 por ciento) y minerales metalíferos (-60,6 por ciento).
En el rubro manufacturas de origen agropecuario, el de mayor peso dentro de las exportaciones, se observó un retroceso interanual de 8,8 por ciento. Pese a que los precios mejoraron un 2,9 por ciento, las cantidades retrocedieron un 11,4 por ciento interanual. En este caso los principales problemas se registraron en dos de los productos más relevantes del rubro: grasas y aceites aportaron 240 millones de dólares (-24,8 por ciento), mientras que residuos y desperdicios de la industria alimentaría (principalmente harina y pellets de soja) sumaron 769 millones (-15,1 por ciento). También cayeron las exportaciones de azúcar, cacao y artículos de confitería (-51,2 por ciento), aunque su aporte en la balanza suele ser menor y en enero reportaron apenas 20 millones de dólares.
Por último, las exportaciones de combustibles treparon 63,2 por ciento al aportar 382 millones de dólares, fundamentalmente por los 157 millones que sumó el petróleo crudo (+145,3 por ciento), pero su incidencia en el valor total exportado es de apenas el 8 por ciento.
Por el lado de las importaciones, entre los bienes necesarios para la producción se destacó la suba de combustibles y lubricantes que treparon un 85,7 por ciento y demandaron 479 millones de dólares, apuntalados por un crecimiento de 56,8 por ciento en las cantidades. Los bienes de capital sumaron 1247 millones de dólares (+29,5 por ciento), los bienes intermedios 1582 millones (+32,6) y las piezas y accesorios de bienes de capital 1084 millones (+16,6 por ciento). A su vez, entre los bienes finales sobresalió el aumento de 48,5 por ciento en vehículos y automotores de pasajeros, que demandó 499 millones, mientras que los bienes de consumo treparon 28,8 por ciento sumando 822 millones de dólares. La consultora Ecolatina destacó que vehículos livianos y bienes de consumo ya representan el 23 por ciento del total importado, registrando su mayor participación en un enero desde 1994, por encima del promedio de la Convertibilidad (19,7) y del kirchnerismo (17,6 por ciento).