Enrique Adrián Solís alias Cable -sindicado autor de dos asesinatos y un tercer intento a otros tantos miembros de la familia Funes -cambió ayer de lugar de detención. Es que a pesar de que su abogada Romina Bedetti lo había pedido expresamente, el Servicio Penitenciario lo envió a la cárcel de Piñero, donde están alojados dos miembros de esta familia. Por eso, al caer la tarde, el juez Carlos Leiva, intimó al jefe de los penitenciarios, a que lo traslade con urgencia la Unidad Nº 3 de Zeballos y Ricchieri.
Solís fue imputado anteayer por los homicidios de Jonatan y Ulises Funes, y por intentar hacer lo propio con el padre de estos, Jorge Funes. El muchacho de 33 años se desligó de los crímenes y manifestó temor por su vida y la de su familia. Sin embargo, testigos de los hechos lo sindican en cada caso.
El juez Leiva ordenó la prisión preventiva e hizo lugar a un pedido del imputado: estar detenido en la Unidad 3. Sin embargo, "el Servicio Penitenciario desoyó esa orden judicial y decidió enviarlo a la Unidad 11 (Piñero) para que lo maten, así de sencillo", denunció la abogada Romina Bedetti, quien presentó un habeas corpus en el que solicitó el "traslado inmediato" a la U3. Fuentes del ministerio de Seguridad indicaron que el pedido fue concedido por la tarde.
Luego de ser acusado por los tres hechos de sangre, en el marco de una serie de sucesos cruzados entre las bandas de los Funes y los Caminos, Cable explicó por qué cree que está sindicado. Su abogada agregó que "le prometieron que le iban a arruinar la vida, y acá está". Para la letrada, las acusaciones están directamente relacionadas con un hecho de amenazas que sufrió Cable, en diciembre pasado, cuando policías lo siguieron, lo interceptaron y le pidieron 50 mil pesos para no arruinarle la vida. El miedo llevó al acusado a mudarse a la casa de sus primos, por resguardo. Su esposa denunció el hecho en Asuntos Internos, en el que acusó a un agente de la comisaría 15ª.