El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aclaró ayer que nunca propuso regalar armas a los maestros. El mandatario, en cambio, sugirió dar armas ocultas a profesores con experiencia militar para que, según dijo, respondan si un psicópata salvaje llega con malas intenciones. Agregó que una escuela libre de armas es un imán para malvados.
En un serie de tuits, Trump salió a aclarar sus insinuaciones del miércoles de armar a los maestros estadounidenses para responder a tiroteos dentro de las escuelas. Sin embargo, volvió a sentar las mismas posiciones que ha sostenido en los últimos días en la controversia sobre la tenencia de armas y los maestros armados. El debate se reactivó tras el tiroteo que tuvo lugar la semana pasada en la secundaria de Parkland, Florida, donde 17 personas fueron asesinadas por un ex alumno con un fusil de asalto.
“Nunca dije ‘regalar armas a los maestros’ como decían las noticias falsas @CNN y @NBC. Lo que dije fue ver la posibilidad de darle armas ocultas a maestros con experiencia en entrenamiento militar. Sólo a los mejores”, tuiteó el mandatario y siguió: “El 20% de los maestros, muchos, ahora serían capaces de devolver el fuego inmediatamente si un psicópata salvaje llega a una escuela con malas intenciones. Los maestros altamente capacitados también servirían para disuadir a los cobardes que hacen esto”.
Así Trump respondió a los pedidos de más control a la venta de armas que se están dando en todo el país con una propuesta de armar a los educadores dentro de los establecimientos: “Altamente entrenados, expertos en armas, maestros/entrenadores resolverían el problema al instante, antes de que llegue la policía. ¡Gran disuasión!”, prosiguió y sentenció: “Se debe ser ofensivo ¡la defensa por sí sola no funcionará!”, agregó.
El mandatario, al contrario, se mostró muy en contra de los simulacros de situaciones de tiroteos que se realizan en las escuelas: “Preferiría tener una escuela (con seguridad) reforzada. Creo que (los simulacros) son una locura. Creo que es muy duro para los niños”, dijo y agregó: “Quiero que mis escuelas estén protegidas igual que quiero que mis bancos estén protegidos”.
El miércoles, cuando por primera vez hizo el anuncio de armar a los maestros, una de las víctimas presentes no dudó en interpelarlo y manifestar su rechazo. “Mi esposa es profesora y ella le diría que los maestros ya tienen suficientes responsabilidades como para, además, tener la enorme responsabilidad de la fuerza letal que puede acabar con una vida”, opinó Mark Barden, cuyo hijo Daniel, de cinco años, fue asesinado en 2012 en un tiroteo en una escuela de Newtown, Connecticut.
Sobre la polémica propuesta del mandatario, el gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, dijo: “¿Armar a cada profesor? Ah, tiene sentido. Lo único que haría eso es llevar más armas a la escuela, más dinero a los fabricantes de armas, que es lo que intenta realmente decir la Asociación Nacional del Rifle (NRA)”, citado por el canal ABC 7. Cuomo y los gobernadores demócratas de Nueva Jersey, Connecticut y Rhode Island, estados al noreste de Estados Unidos, crearon ayer la coalición “States for gun safety” (Estados por la seguridad en las armas) y criticaron la idea del mandatario. Según los gobernadores, el consorcio llenará el vacío que dejó el veto del gobierno de 1996 sobre el uso de fondos federales para estudiar la violencia armada. Con este mecanismo esperan cruzar información sobre las personas que tienen prohibido comprar o poseer armas de fuego en sus áreas y detallarán quiénes tienen prohibido comprar o portar armas. Además, destacaron que presionarán al gobierno federal a adoptar medidas como la verificación de antecedentes universal, el veto de los rifles de asalto y el establecimiento de un periodo de espera federal entre la compra y el envío de las armas.
Pese a ser un defensor del derecho a portar armas, la presión producida por la tragedia llevó Trump a considerar la adopción de algunas medidas de control de armas, aunque no se apartó su apoyo a la poderosa Asociación Nacional del Rifle (ver aparte), de la que el mandatario recibió 30 millones de dólares en donaciones para su campaña electoral. Una de ellas es el aumento de la edad mínima para comprar fusiles de asalto de 18 a 21 años. También prometió ayer que va a conseguir una solución que calificó de “muy robusta” en el tema de los antecedentes criminales, algo que repitió en sus numerosos tuits de ayer.
La edad mínima para adquirir un arma de fuego en Estados Unidos es 21 años, si es una pistola, y 18, si es un fusil de asalto. Sin embargo, algunos vendedores sin licencia se las venden a personas aún más jóvenes. El autor de la masacre en Parkland, Nikolas Cruz, de 19 años, compró legalmente el fusil de asalto con el que disparó en la secundaria el día de San Valentín. El año pasado había sido expulsado de la escuela por motivos disciplinarios y tener antecedentes de agresividad y automutilación.