Desde Beirut
Mientras el asediado enclave de Guta Oriental en Damasco se preparaba para el sexto día consecutivo de bombardeos, la ONU exigió terminar con la violencia, a la que llamó “el infierno en la Tierra”.
“Guta Oriental no puede esperar” dijo el Secretario General, Antonio Gutérres, al Consejo de Seguridad en una reunión de emergencia. “Esta es una tragedia humana que se está desarrollando frente a nuestros ojos y no creo que podamos dejar que las cosas sigan sucediendo de esta manera tan horrenda”, continuó. “Es necesario evitar la masacre, porque seremos juzgados por la Historia”, agregó el enviado en Siria por la ONU, Staffan de Mistura.
Suecia y Kuwait llamaron a votar por una resolución que ordena 30 días de alto el fuego a lo largo del país y la inmediata asistencia a millones de personas necesitadas.
Al menos 346 personas fueron asesinadas en Guta Oriental desde el domingo, cuando el presidente sirio Bashar al Asad y sus aliados rusos lanzaron uno de los más feroces ataques aéreos en los siete años de conflicto. Fotos y videos del área muestran horrendos niveles de sufrimiento de los 400.000 residentes de Guta, quienes ya están muriendo de hambre a causa de los cinco años de asedio.
Los niños lloran y gritan por sus padres, cubiertos de sangre y asfixiados por el polvo. “La gente se está escondiendo bajo tierra en túneles y construyendo nuevos”, dijo Wasim Khatib, residente de la zona.
Los hospitales están tan desbordados que los pacientes son atendidos en el piso cubierto de sangre. La asombrosa cantidad de 22 centros médicos fueron dañados por los ataques, disminuyendo aún más la capacidad de los trabajadores de ayudar a los heridos. “Empezaron a usar bombas de barril… Dios es el único que puede ayudarnos ahora”, dijo el doctor Malik, quien trabaja en un hospital local.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, lanzó un informe en blanco en respuesta al derramamiento desangre, diciendo que “no hay palabras” para hacer justicia por todas las vidas perdidas en Guta.
Muchos habitantes de Guta Oriental son escépticos acerca de la posibilidad de que la comunidad internacional pueda intervenir significativamente en el conflicto.
Rusia, que empezó a asistir al gobierno de Al Asad en 2015, lo que cambió el curso de la guerra a favor del régimen, ha vetado todas las resoluciones de la ONU en el conflicto. Tanto Moscú como Irán –el otro aliado de Siria– dijeron que ellos están buscando una resolución política en lugar de militar. Guta es técnicamente parte de un acuerdo de desescalada negociado por poderes extranjeros el año pasado. El presidente Asad, sin embargo, dijo que los grupos vinculados con el yihadismo en el área no son parte del trato.
Los medios estatales sirios informaron que las recientes conversaciones de paz con los rebeldes habían fracasado. Damasco mismo ha enfrentado algunos de los más duros ataques desde Guta Oriental en años, con ataques de cohetes que mataron por lo menos a seis personas en los últimos días.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Bianca Di Santi.