Un hombre que estaba aprendiendo a andar en globo decidió hacer su primer viaje solo. Desafortunadamente el viento lo sacó de curso y lo forzó a aterrizar en un campo cerca de una ruta. Apenas se recuperó vio venir un auto, lo paró y le preguntó al conductor: “¿Me podría decir dónde estoy?”. “Sí, aterrizó en la granja de Juan Gómez, a 13 kilómetros de la ciudad. Gómez recién llegará la semana próxima para sembrar la cosecha de soja. No obstante, en la granja se encuentra el casero y un toro que está detrás de usted a punto de atacarlo”. En ese momento, el toro alcanza al hombre y lo revolea hasta el otro lado de la cerca. El hombre se levanta dolorido y le dice al conductor: “Veo que usted es un contador”. “Tiene razón, ¿cómo se dio cuenta?”. “Porque la información que me dio fue detallada y precisa, pero la mayoría fue inútil y llegó demasiado tarde”.
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