Entre los problemas que enfrentan los sectores sociales de barrios carenciados se destaca la falta de representación institucional y, por lo tanto, la necesidad de ser escuchados. Esta situación limita fuertemente la posibilidad de brindar respuestas eficaces frente a sus necesidades, dada las dificultades que encuentran normalmente para conseguir trabajo en el mercado formal. En tanto estos sectores no sean escuchados, las respuestas quedarán limitadas casi exclusivamente al territorio de los planes sociales.

Aún ciertas instituciones solidarias que tienen contacto directos con los sectores más carenciados, como las ONG, sufren, con frecuencia, limitaciones para escuchar a su población objetivo por falta de tiempo y de recursos suficientes. En ese marco comenzamos una tarea de colaboración entre el Centro de Estudios de la Estructura Económica (Cenes), de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, y la Asociación Civil Avanzar. Esta Asociación otorga microcréditos y capacitaciones a habitantes de villas de emergencia de la Ciudad de Buenos Aires para apoyar el desarrollo de sus microemprendimientos (www.avanzar.org.ar). De hecho estas dos instituciones colaboran en forma muy cercana desde la creación de Avanzar en el año 2000.

Comenzamos por conocer y adaptar la experiencia en este campo de instituciones internacionales que, en general, cuentan con presupuestos que llegan a niveles impensados para instituciones como Avanzar. A partir de allí se desarrolló una encuesta de campo cuyas preguntas apuntaron a conocer las principales motivaciones y problemas de la vida cotidiana de los prestatarios, quienes aceptaron con mucho agrado esa invitación a un diálogo. Es más, en muchos casos, se extendieron sobre sus biografías, lo que nos ofreció un amplio panorama de la compleja realidad que enfrentan con esfuerzo y sacrificio. Un resultado adicional de este procedimiento institucional es la posibilidad de que puedan escucharse a sí mismos, sobre todo a medida que notan nuestro interés por conocer sus realidades. 

Entre sus principales motivaciones nos encontramos con que las respuestas se vinculan, en primer lugar, con el crecimiento de sus negocios a partir de la  realización de nuevas inversiones o de la apertura de locales propios. En segundo término, mostraron preocupación por la mejora y ampliación de sus viviendas para incorporarles, por ejemplo, un local, o nuevas habitaciones. Esto nos confirma, una vez más, la importancia que adquiere para ellos el acceso al crédito, a las capacitaciones y a la inclusión financiera en general. Por otro lado, a pesar de mostrar una sobrecarga horaria de trabajo señalaron que no necesitan tiempo de ocio, que, como están, están bien. Saben que pueden trabajar y quieren hacerlo, “la vida del pobre es así”, se les escucha decir con frecuencia. 

Estas encuestas nos revelan la realidad que enfrentan día a día las personas que cuentan con recursos muy escasos pero que sostienen fuertes motivaciones para crecer y salir adelante por sus propios medios. Nos muestran sus inquietudes por avanzar con sus negocios o por mejorar sus viviendas. Nos señalan la importancia de ofrecerles herramientas, como el crédito, las capacitaciones y las tutorías, tanto a través de políticas públicas específicas como del apoyo al trabajo que realizan las  organizaciones de base que se plantean esos objetivos. Es que esto puede hacer posible que realicen avances importantes para mejorar su calidad de vida así como el bienestar y el futuro y de sus hijos.

* Directora del Cenes (UBA) y presidenta de la ONG Avanzar.

** Becaria del Cenes (UBA).