Ante más de 3.500 personas y bajo el lema “Santa Fe, una provincia en marcha”, el gobernador Miguel Lifschitz renovó sus aspiraciones de concretar bajo su gestión una reforma constitucional. En esa línea, le pegó duro a los opositores que “son reformistas en el discurso pero nunca encuentran el momento oportuno para encarar las reformas”. Los tildó de “conservadores” e “hipócritas”. No los nombró, pero son argumentos que, con matices, mencionaron más de una vez el radical José Corral, el peronista Omar Perotti y el macrista Federico Angelini. El titular de la Casa Gris, por otro lado, le reclamó al gobierno nacional “que deje de concentrar los recursos en el Gran Buenos Aires y distribuya con equidad en las provincias”. Lo seguían atentamente en las primeras filas sus antecesores Hermes Binner y Antonio Bonfatti, la intendenta Mónica Fein, más personalidades del deporte como Nery Pumpido y Ayelén Stepnik, empresarios y referentes de organizaciones sociales.
Una puesta en escena novedosa para todo acto de gobierno que se haya hecho en Rosario, se vio en el colmado salón Metropolitano. Pantallas gigantes, solo un orador político y la intención de concentrar la atención en “los ciudadanos protagonistas”. Es que antes de que Lifschitz desarrolle su discurso de unos 40 minutos, once personas, de distintos puntos de la provincia, subieron al escenario en soledad y desplegaron su historia. Actrices, músicos, deportistas, referentes barriales, estudiantes, contaron en unos minutos, en una suerte de charla Ted, su día a día, tamizados por el sostén de cada uno de los programas que implementa el gobierno en Santa Fe.
La plana política del gobierno provincial y el Frente Progresista se ubicó en las primeras filas, aunque también se vio a un puñado de intendentes y presidentes comunales peronistas de la región, como el caso de Pablo Corsalini y Adrián Maglia, intendentes de Pérez y Granadero Baigorria, respectivamente. De parte del radicalismo, el sector NEO dijo presente en su totalidad, mientras que no se vieron caras del MAR, el grupo que lidera el diputado Julián Galdeano.
“El 2019, para mí, y también para ustedes, es un punto de llegada y un punto de partida. Lo pienso de las dos maneras. En lo personal y en lo político. Vivimos tiempos de transformaciones. Ser progresista es ser reformista. Quienes son reformistas en el discurso pero nunca encuentran el momento oportuno para encarar las reformas son conservadores y además hipócritas”, afirmó Lifschitz, quien eligió la primera parte de su discurso para defenestrar la política económica de Cambiemos y bajó verbalmente a la provincia en el segundo tramo, para concentrarse particularmente en su deseo de reforma, donde aclaró que está dispuesto a renunciar a la chance de una reelección con tal de revisar la Carta Magna. “Que la oposición no ponga como excusa la reelección del gobernador. Si ese el problema, se resuelve fácilmente, con una cláusula transitoria que lo impida”, aseguró.
“Somos herederos de la gloriosa Reforma Universitaria, que cumple 100 años. En Santa Fe hay tres reformas pendientes: la política, la del Estado y la Constitucional. Una reforma política que garantice la democracia interna, el funcionamiento transparente y el financiamiento de los partidos políticos, que jerarquice su rol como actores de la democracia. Una reforma del Estado para eliminar privilegios y garantizar transparencia y eficacia en el funcionamiento de todos los órganos del Estado”, desarrolló y amplió: “Y una reforma de la Constitución para establecer la neutralidad religiosa del Estado, introducir nuevas instituciones del derecho penal, consagrar nuevos derechos, ampliar los sociales y humanos. Incorporar nuevas instancias democráticas y participativas, poner límite a las reelecciones indefinidas, reconocer la autonomía de los municipios y ampliar los períodos de las comunas, eliminar privilegios, una Constitución con más transparencia, más democracia, más derechos y más ecológica y más moderna”.
En otro tramo aseguró “yo creo, como dijo el Premio Nobel de Economía, Jean Tirole, en una economía del bien común, una economía que busca el bienestar para la comunidad. Y nosotros, además de apoyar la economía y la generación de empleo y defender el trabajo con uñas y dientes, además de garantizar servicios sociales universales de alta calidad como la Salud, la Educación, la Cultura y el Deporte, hemos puesto en marcha lo que yo llamo una Política Social de Acción Directa: el reconocimiento del otro como un sujeto de derechos y como un igual al que le debemos prestar atención, cuidado y, sobre todo, abrirle puertas para una vida mejor. Esa política tiene nombre y apellido: son los planes y programas como Vuelvo a Estudiar, Nueva Oportunidad, Plan Abre, Abre Familia”, desarrolló.
“El futuro es progresista, social y profundamente democrático. Yo creo que Santa Fe tiene un destino. Qué debe liderar el cambio en Argentina. El cambio verdadero no vendrá del interior postergado ni de la metrópolis porteña. Vendrá de la Argentina moderna, laboriosa y democrática, vendrá de Santa Fe”, culminó.