Una fiscal pidió prisión perpetua para un carnicero acusado de haber asesinado a una mujer y a su hijo menor en 2015, en una casa de la localidad bonaerense de El Palomar, y luego huido con la hija mayor de la víctima, de 4 años, de rehén. La defensa del acusado adujo “ininputabilidad”. El Tribunal oral en lo Criminal (TOC) 3 de Morón pasó a cuarto intermedio hasta el 29 de este mes, cuando dará a conocer el veredicto.
En su alegato, la fiscal María Cecilia Corfield solicitó la máxima pena prevista en el Código Penal para Enrique Alcaraz, de 26 años, por el femicidio de Sabrina Soledad Martín, de 24 y el homicidio del hijo de ella, Ian, de 3. Alcaraz está imputado por el delito de “homicidio calificado por alevosía –dos hechos– y violencia de género, robo y sustracción de menores”, ya que tras los crímenes huyó con la niña de cuatro años, por lo que enfrenta una pena de prisión perpetua.
En el juicio, los peritos oficiales afirmaron que Alcaraz es una persona con “conducta psicópata, peligrosa y que comprende la criminalidad de sus actos”. Con este diagnóstico, los psicólogos y psiquiatras de la justicia bonaerense establecieron que el carnicero tuvo absoluta conciencia de lo que estaba cometiendo, lo que no fue compartido por la defensa oficial que lo consideró inimputable.
Entre las pruebas recolectadas que apuntan contra Alcaraz, están los estudios de ADN practicados sobre muestras de sangre tomadas de la hoja del cuchillo que se le secuestró en el momento de la detención. Los estudios establecieron que pertenecían a las víctimas, Sabrina e Ian.
Los homicidios ocurrieron el lunes 16 de noviembre de 2015, en la casa en la que vivían las víctimas, en Murillo 484 de El Palomar, en el oeste del conurbano.
De acuerdo con los investigadores, el doble crimen se produjo entre las 0.27 de esa madrugada, hora de la última comunicación de Sabrina desde su teléfono celular, y las 3.07, cuando se registró el llamado al 911 que alertó sobre el hallazgo de los cuerpos.
La hipótesis de los detectives es que, en ese lapso, el femicida entró a la vivienda con llaves –el acusado sabía que Sabrina las guardaba en el buzón–, y primero fue hasta la habitación del fondo, donde mató a la mujer de nueve puntazos con un cuchillo. Según la acusación fiscal, el homicida dejó abiertas las llaves de gas de las hornallas, se dirigió a la habitación donde dormían los hermanitos y asesinó a Ian de 19 puñaladas.
Tras cometer el segundo crimen, el asesino fue hasta el baño, se lavó y regresó al dormitorio de los niños, donde armó un bolso con ropa de la niña y escapó con la hija de la mujer, llamada Mía, en brazos.
Finalmente, el carnicero fue detenido el martes 17 de noviembre en la localidad bonaerense de Junín, cuando pretendía huir con Mía hacia la provincia de Santiago del Estero. Un maletero de la terminal de micros reconoció a la niña por una foto publicada en un diario y alertó a los policías.
Voceros de la investigación señalaron que Alcaraz tenía antecedentes penales desde que era menor de edad, registraba varias fugas de hogares, entre ellos, de la Fundación Felices Los Niños, y que además su madre lo había denunciado por abuso de un hermanastro.
Alcaraz había conocido a Sabrina en un ciber de El Palomar, donde ella trabajaba, y se hicieron amigos al punto que ella a veces lo dejaba dormir en su casa y solía pedirle que se quedara al cuidado de sus hijos.