Nació hace diecisiete años y lleva como segundo apellido el de un prócer del rock argentino. Se crió en una familia de artistas. Por lo tanto, no sorprende que Angelo Mutti Spinetta haya debutado como actor de cine a los once años en dos películas en las que participó buena parte de su familia: Anagramas y Primavera, de Santiago Giralt. Hijo de la actriz y artista plástica Catarina Spinetta y del actor Nahuel Mutti, Angelo tiene un 2018 cargado de cine: este jueves estrena Un viaje a la Luna, el primer film de del director Joaquín Cambre (responsable de videos de Gustavo Cerati, Calle 13 y Miranda!, entre otros), en el que es protagonista. Y ya filmó Mi mejor amigo, ópera prima de Martín Deus, que se estrenará este año.
En la ficción de Cambre, Mutti Spinetta es Tomás, un adolescente con trastornos psicológicos cuyos padres mucho no lo ayudan: ni su madre sobreprotectora hasta la asfixia (Leticia Brédice) ni su padre (Germán Palacios), que no aporta nada a la convivencia. Para colmo, sus amigos le hacen bullying, y en la escuela no es un bocho. Todo un combo para que termine medicado por su psiquiatra (Luis Machín) para soportar los traumas. Ese mundo complejo le provoca ganar de irse... a la Luna. No es para menos: le gusta la astronomía. Y también empieza a gustarle Iris (Angela Torres), una chica a la que conoce mirando con su telescopio el edificio vecino, donde ella vive. Y le gusta hasta el punto de experimentar su primer enamoramiento. Obsesivo, claro.
“Me interesó el tema de la locura y también que es una película diferente en ese aspecto. Ese momento de éxtasis que tiene el personaje fue definitivo para que dijera: ‘Quiero hacer esto’”, cuenta Mutti Spinetta en la entrevista con PáginaI12. “Me interesó mucho el amor platónico que tiene con una chica. Y el desafío actoral de ese contraste entre el chico introvertido y el éxtasis total de locura, bipolaridad y esquizofrenia”, agrega el joven actor.
–Sí, el personaje tiene una psicología muy compleja. ¿Cómo trabajó la construcción de su personalidad?
–En el lado introvertido fue poner un poco de mi aspecto. El chico tiene una obsesión con la Luna. El director me preguntó si tenía algún hobby, algo en lo que me enfocara y que, en ese momento, no existiera nada más que eso. Y en entonces yo estaba muy obsesionado con las plantas carnívoras y, entonces, le pude poner un poco de eso. Después, trabajamos toda la locura que tiene y el entorno tóxico familiar, porque ahí hay algo que no funciona. Y esa chica, que lo entiende, es como su única contención.
–¿Considera que es una película con temas propios de la adolescencia o que los trasciende?
–Tiene cosas del paso de la niñez a la adolescencia, desde el punto que tiene que rendir exámenes y que está a punto de repetir, la mamá se vuelve loca... Y de eso hay un poco en todos los chicos que tienen que rendir. También tiene de la adolescencia los primeros pasos del amor, su primer enamoramiento, su primera borrachera cuando va a la fiesta. Son momentos adolescentes característicos, excepto el tema de la medicación que toma que es algo psicológico.
–Hay algunos actores que prefieren tener distancia con sus personajes y otros al revés. ¿Siente que tiene algo del personaje que compuso?
–Sí, puede ser. Tengo ese lado introvertido, en algún sentido. Tiene que ver con lo que decía del hobby: me enfoco en algo y le pongo todas las fuerzas y energías para investigar o para que pase algo.
–¿La película pinta un mundo ominoso sobre las relaciones familiares y afectivas?
–Sí, se puede ver eso: un pasado del cual no se habla. Y pasa en varias familias, incluso con temas más graves de los cuales no se habla. El está en el medio de la familia y nadie se acerca, nadie lo intenta comprender. Y eso es triste.
–También el film hace referencia a un tema del que se habla mucho ahora como el bullying, algo muy típico de la adolescencia...
–Sí, yo creo que está muy bien que hable de eso. Hace unos años ya se empezó a tratar con la importancia que se le debe dar. De hecho, yo en un momento sufrí un poco de bullying en la primaria, pero al toque cambió totalmente la situación. Y hasta hice bullying. Al que se lo hice, hoy en día es uno de mis mejores amigos. No lo volvería a hacer y me arrepiento de haber tenido ese costado de mierda. Tampoco entendía, era de pibe inocente malo.
–¿Hay algo de locura en la adolescencia, como lo pinta la película?
–Sí, hay un poco de que, de repente, caen muchas cosas en la cabeza y uno empieza a tomar conciencia de las responsabilidades, de las cosas que tiene en su entorno.
–Dentro de poco va a estrenar Mi mejor amigo. ¿Es una película sobre el momento iniciático de la adolescencia?
–Puede ser, porque el personaje de Mi mejor amigo tarda un poco más en despegarse de las reglas y de todo eso. Y cuando llega otro de Buenos Aires, él empieza a despegarse de los papás. Iniciación en ese sentido. Como irse de viaje con su amigo, acampar solos por primera vez. De hecho, en un momento se fuma un porro por primera vez. Son todos momentos iniciáticos.
–Debutó en el cine a los once años. ¿Le quitó algo de su infancia ingresar en el camino artístico tan tempranamente?
–No me quitó nada. Me sumó. No me arrepiento para nada de haber arrancado en este mundo porque hoy estoy feliz y es gracias a eso.
–¿Cómo vivió la experiencia de haber filmado dos películas con casi toda su familia, dirigidos por Santiago Giralt?
–Fue muy linda. Fue mi primer director, que me inició en la obra Odette y en el cine con Anagramas y Primavera. Fue algo muy lindo, también con mi familia. Fue una iniciación muy sana y muy positiva en este mundo. Santi me conoce desde los siete años y estoy eternamente agradecido.
–¿Ya está metido de lleno en el camino de la actuación o le va a dar un espacio a la música?
–Dejo las puertas abiertas a todo porque también me estuve metiendo en el mundo de la música con mi hermano. Las dejo abiertas a la música, ya que voy a sacar temas de rap y trap con mi hermano este año. También toco la guitarra y me gustaría mutar para ese lado en algún momento. El otro día nos pusimos con mi mejor amiga, Miranda, a escribir un guión de un corto. Hasta me gustaría estudiar dirección de cine.
–¿Su abuelo le enseñó a tocar la guitarra?
–No, él me regaló la guitarra que yo toco, pero no.
–¿Cuál es el principal recuerdo que tiene de él?
–Tengo varios recuerdos con él. Me acuerdo de un montón de cosas, pero más que nada ese lado cariñoso de re buen abuelo. El siempre me regalaba autitos de Hot Wheels porque le encantaban los autos y a mí también. Tengo un gran recuerdo de él, como un abuelo cariñoso, como cualquier otro también.